Fermín Rivera envía a “El Paseo” el encierro de su ganadería para la encerrona

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La ganadería Fermín Rivera, una de las de mayor linaje y arraigo en el campo bravo potosino, ha enviado a los corrales de la Monumental El Paseo-Fermín Rivera el encierro que será lidiado en la esperada encerrona del matador del mismo nombre, en un acontecimiento que trasciende el mero festejo taurino para convertirse en un reconocimiento tangible a seis décadas de historia del hierro. El envío, realizado con el cuidado y la solemnidad que enmarca cualquier acontecimiento mayor dentro del campo, marca el inicio de una cita que no solo compromete al torero, sino al ganadero que ha heredado y preservado una casa con identidad propia.TE PUEDE INTERESAR: Sorteo Mundialista 2026: Así quedan los bombos del próximo MundialEl encierro, integrado por ocho toros entre los cuales se seleccionarán los seis definitivos para la corrida, llegó a la plaza tras un embarque efectuado bajo los protocolos más estrictos y con la ilusión que caracteriza a la familia Rivera. Una vez en los corrales, los toros pasaron la revisión de rigor y fueron aprobados por la autoridad correspondiente, refrendando así la presentación y las condiciones del lote.El trámite confirmó la seriedad con la que la ganadería ha preparado un festejo que será, en muchos sentidos, una prueba doble: para el hierro y para el matador. La casa Fermín Rivera, fundada hace 60 años, ha sostenido su prestigio mediante una selección genética basada en una línea bien definida, un concepto de toro que privilegia la seriedad, el temple y la profundidad en la embestida, además de una presencia acorde con la categoría de las plazas que la han recibido. Con esa filosofía, el lote enviado a la Monumental El Paseo exhibe pelajes variados que incluyen berrendo, cárdenos en diferentes tonalidades y un ejemplar negro, todos rematados y con pesos que superan con holgura la media habitual del altiplano. La variedad de capas habla también de la riqueza genética que ha cultivado el hierro, sin renunciar al sello de bravura que históricamente lo ha distinguido.El hecho de que el propio matador vaya a lidiar seis toros de su casa ganadera introduce una dimensión adicional al festejo. En la tauromaquia moderna, las encerronas ya son acontecimientos excepcionales; más aún cuando el torero decide enfrentar toros de crianza propia. En esa elección subyace una carga emocional y profesional singular: la de medir en el ruedo el resultado de años de trabajo en el campo, no solo como torero, sino como responsable de una ganadería que busca refrendar su sitio en la historia del toro bravo mexicano. Este cruce entre su oficio en la arena y su labor en el campo convierte el festejo en un ejercicio de autoexigencia que pocos toreros están dispuestos a asumir.Para la familia Rivera, el envío del encierro al coso potosino representa mucho más que un trámite ganadero. Es la continuidad de una tradición que ha pasado por varias generaciones y que ha forjado una forma de entender el toreo desde la crianza. El proceso, llevado con la disciplina que caracteriza a la casa, reafirma el compromiso de presentar toros que respondan a las expectativas de una afición conocedora y exigente, habituada a ver pasar grandes toreros y grandes encierros por el ruedo del Paseo.La Monumental El Paseo-Fermín Rivera, además, celebra 130 años de historia, un aniversario que confiere al festejo un carácter aún más significativo. En ese coso se han escrito páginas fundamentales de la tauromaquia potosina y nacional, y la presencia del hierro de Fermín Rivera en una fecha simbólica añade un matiz emocional que no pasa desapercibido. El ambiente que rodea la encerrona es, por ello, el de una confluencia entre tradición, memoria y responsabilidad, donde el ganadero y el torero se encuentran en una misma figura para rendir homenaje al campo bravo y a la plaza que ha acompañado la historia de su familia.Los toros aprobados para el próximo 21 de noviembre representan, así, un capítulo más en la narrativa de un hierro que ha sabido adaptarse a los tiempos sin renunciar a su esencia; y, al mismo tiempo, un desafío personal para el matador, quien en esta ocasión toreará no únicamente para la afición, sino para honrar la memoria y el trabajo que sostienen el nombre de su ganadería.El festejo perfila una cita de gran trascendencia, y la expectación generada confirma que la combinación entre tradición ganadera, compromiso artístico y el simbolismo de la fecha construyen un escenario propicio para una de las tardes más significativas de los últimos años en El Paseo-Fermín Rivera.Fotos: CortesíaThe post Fermín Rivera envía a “El Paseo” el encierro de su ganadería para la encerrona first appeared on Ovaciones.