La financiación del sector y la redistribución de la riqueza que genera, las infraestructuras que se están quedando insuficientes, la oferta cultural que se tiene que ir actualizando y, sobre todo, la convivencia con los residentes, que a veces termina con estallidos de turismofobia. Todas estas cuestiones van a formar parte del esqueleto de la nueva ley de turismo que está preparando la Generalitat y que, según ha anunciado el president de la Generalitat, Salvador Illa, será flexible y adaptable a todo el territorio catalán, "porque no todo lo que ocurre en Barcelona es extrapolable a todos los lugares", ha incidido. Seguir leyendo....