La semana comenzará con los últimos efectos de la borrasca Claudia, que tras su retirada abrirá paso a un cambio radical del tiempo, con la entrada de aire muy frío y las primeras nevadas en cotas previsiblemente muy bajas.Más información | Invasión ártica: nieve, vientos helados y -15 ºC previstos la próxima semana; estas serán las regiones afectadasLa semana arrancará con un cambio de tiempo muy marcado en la Península Ibérica. Llevamos varios días bajo la influencia de la borrasca Claudia pero mañana ya dejará sus últimas precipitaciones en nuestro país, antes de dar paso a un escenario mucho más invernal que podría traer las primeras nevadas importantes de la temporada, incluso en cotas inusualmente bajas para esta época del año. En el vídeo Una profunda lengua de aire frío de procedencia ártica se irá desplegando sobre la vertical de la península durante la segunda mitad de la semana. Esta irrupción traerá consigo una caída brusca de las temperaturas y la aparición de nevadas en buena parte de la mitad norte. Se trata del primer episodio frío de envergadura de la temporada, con características propias del invierno meteorológico. Esa marcha de Claudia abrirá la puerta a una modificación radical en la configuración atmosférica, preparando el terreno para la entrada de aire mucho más frío y el desplome térmico que marcará la segunda mitad de la semana.Llega aire muy frío de origen árticoUna vez que Claudia nos abandone, una dorsal anticiclónica muy robusta comenzará a alzarse y a ocupar buena parte del Atlántico, impulsando el descenso hacia latitudes más bajas de una vaguada muy profunda cargada de aire ártico o polar.Temperaturas por debajo de -30ºC a unos 5000 metros de altura, indican una bajada extraordinaria de las temperaturas.Este desplome térmico será muy acusado ya a mediados de semana, y su intensidad e impacto dependerán del movimiento final de dicha vaguada y de si logra independizarse del chorro polar.Lo que sí parece cada vez más probable es que la inyección de aire muy frío provocará un ambiente plenamente invernal y las primeras nevadas significativas en numerosas zonas de norte y noreste peninsular.Cotas de nieve muy bajas, según el modelo europeo Los dos grandes modelos de referencia, ECMWF y GFS, convergen en señalar un descolgamiento claro de la vaguada hacia la Península Ibérica y un marcado descenso de las temperaturas durante la segunda mitad de la semana. Artículo relacionadoCambio radical de temperaturas en España: el aire del Ártico sustituirá al del Sahara. Aquí las fechas clave En el caso del ECMWF, la vaguada se desplazaría progresivamente hacia el este tras afianzarse sobre la península, generando un desplome brusco de las temperaturas, la entrada de flujo húmedo de norte y una inestabilidad más acusada en la mitad septentrional de la península y Baleares. Este patrón favorecería nevadas generalizadas en los sistemas montañosos del norte y noreste. Durante la mañana del jueves la cota comenzaría entre los 1200 y 1500 metros, pero iría descendiendo con rapidez hasta situarse en torno a 600 y 700 metros en el noreste de la meseta sur y en amplias zonas de la mitad norte. En la madrugada del jueves al viernes la cota se desplomaría en puntos del noreste peninsular.En áreas como el este de Castilla y León, La Rioja, Navarra y País Vasco, la cota podría alcanzar los 500 metros, mientras que en el entorno pirenaico la irrupción fría sería lo suficientemente contundente como para dejar nieve a cualquier cota. En el resto de la península, aunque el ambiente será frío, las precipitaciones serán menos probables, limitándose a chubascos aislados en montañas del este y zonas altas de la Meseta, con nieve por encima de 1000 o 1500 metros.El escenario alternativo que ha planteado el GFSPor su parte, el GFS, aun mostrando una estructura general similar, plantea en algunas de sus salidas una baja mediterránea más al oeste, lo que incrementaría la entrada de humedad y favorecería un escenario más inestable.Aunque este comportamiento es menos consistente entre sus distintas ejecuciones, podría dar lugar a un episodio más extendido de lluvias y nevadas, especialmente en el norte y el este peninsular. Artículo relacionadoTres pulsaciones de aire frío llevarán a España al primer zarpazo invernal: descenso térmico, nieve, heladas, viento,.. En este contexto, y junto al marcado desplome térmico previsto, no se descartaría la aparición de nevadas en cotas bajas del interior y del este, especialmente si se estableciera un flujo marítimo procedente del Mediterráneo, aunque esta posibilidad es la menos probable a fecha de hoy.¿Dónde podría nevar entre el jueves y el viernes?Con las últimas actualizaciones del modelo europeo, las nevadas serían especialmente notables en la Cordillera Cantábrica, Pirineos, este de Castilla y León, Navarra, La Rioja, País Vasco, Cantabria y Asturias. En estas áreas, durante la madrugada del jueves al viernes, la cota podría desplomarse hasta los 200 o 300 metros. Si la irrupción fría llegara con mayor intensidad, no puede descartarse nieve a nivel del mar en zonas del Cantábrico e incluso en zonas bajas del este de Cataluña, especialmente en Girona y zonas altas de Barcelona. La nieve hará acto de presencia en muchas zonas de la mitad norte. En este caso, el modelo indica nieve precipitable pero no acumulada. También se prevén nevadas en el Sistema Central y el Sistema Ibérico, con acumulaciones más modestas, además de algunos chubascos débiles en forma de nieve en cotas altas del norte de la Meseta Sur. La nieve también podría llegar a zonas altas de la sierra de Tramontana en Baleares, donde la inestabilidad será más acusada por la proximidad de la baja que previsiblemente se forme en el entorno del Mar Balear.Hasta finales de semana, los acumulados podrían situarse en torno a 5 cm en el Sistema Central e Ibérico norte; 5–10 cm en el este de la meseta norte y el interior del noreste de Cataluña; 10–15 cm en Asturias, Cantabria, País Vasco, La Rioja y Navarra; y por encima de 20–30 cm en Pirineos y la Cordillera Cantábrica.Una situación a vigilar muy de cerca La evolución del episodio dependerá de detalles clave: el movimiento final de la vaguada, su posible aislamiento, y la interacción con masas de aire más húmedas. Pequeñas variaciones podrían intensificar o suavizar notablemente la situación.