La cumbre del G-20 que se celebra en Johannesburgo este fin de semana es el crudo retrato de la cruenta batalla entre quienes desean mantener en vida un orden multilateral basado en reglas y quienes protagonizan un intento indisimulado de demolición del mismo para configurar el devenir del mundo sobre la base de la fuerza de forma aún más descarnada que hasta ahora.Seguir leyendo