Un estudio de la Universidad de Shenzhen, basado en datos orbitales y análisis geoquímicos, identifica tragaluces y hundimientos compatibles con la disolución de carbonatos y sulfatos. Si se confirman, estas cavidades habrían sido refugios naturales frente a la radiación y podrían preservar biofirmas antiguas. Hebrus Valles se convierte así en un objetivo prioritario para futuras misiones.