Rosalía y Pam

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Anda por ahí la gripe aviar. Anda por ahí la promoción del último álbum de Rosalía. Ambos asuntos están siendo politizados. El primero por razones de fácil comprensión. En cuanto a lo segundo, ya no tanto. Me dice una confidente que ha escuchado a una política de Podemos rajando de Rosalía y de su luz. La emprenden contra ella por la estética católica de su última propuesta. Y también, espero que sean coherentes, por manifestar sin ambages su creencia en Dios. Le parece todo muy conservador. Ángela Rodríguez Martínez (Pam), de esa hablamos. Estoy seguro de que muchos integrantes de Podemos no mezclan churras con merinas a la hora de manifestarse sobre Rosalía. La artista catalana está en el punto de mira de Pam y de las Pam de este mundo por no haberse manifestado abiertamente en contra de Israel. Aunque esto no quiera decir que Rosalía esté a favor del exterminio de palestinos en Gaza a ver cómo le haces tú ver a esa gente que nadie tiene que hacer lo que a ti te gustaría que hiciese a la hora de manifestarse publicamente sobre asuntos bélicos. En cuanto al uso del término "genocidio" y la práctica pugilista desatada con respecto a la idoneidad de su uso: nunca he visto un ejemplo más claro del chascarrillo ese del tonto que se pone a mirar al dedo que apunta a la luna. Del mismo modo entiendo que para alguien que no es capaz de concebir su planteamiento político de izquierda sin una automática desafección por los asuntos de fe y/o espirituales, le tiene que empezar a picar el cuero cabelludo como si tuviese piojos cuando se entera de que la artista catalana, que en su día twiteó "Fuck Vox", vaya usted a saber por qué, ahora se muestre como una "conservadora" de tomo y lomo. De ahí a agachar la cabeza y emplearla de ariete cual carnero delante de la más mínima amenaza procedente del pensamiento de otro, media un trecho que no saltaría ni Ana Peleteiro. Lo que ocurre es que hay gente que es muy demócrata y muy plural y muy todo a la hora de admitir que sostengas opiniones diferentes e incluso antagónicas a las suya. Eso sí, Dios te libre de manifestarlas. Somos lo que somos, dijo el sabio. Y si no lo dijo, bien pudiera haberlo hecho. No hay por qué hacerse mala sangre. Ni por Pam, ni por Rosalía, ni por las pobres gallinas que han cogido un virus que ahora tememos que nos transmitan aunque lo harían sin conocimiento de causa.