Romper en Extremadura y apoyar en la Comunitat Valenciana: las razones del doble juego de Vox con el PP

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El acuerdo entre el Partido Popular y Vox para investir a Juanfran Pérez Llorca como nuevo president de la Generalitat Valenciana es "cuestión de horas". Así lo manifiestan fuentes de Génova, que ya avanzan que el sustituto de Carlos Mazón registrará su candidatura este miércoles, el día en el que finaliza el plazo oficial para hacerlo. Antes, los diputados populares de Les Corts asistirán a una reunión del grupo parlamentario con el objetivo de aprobar nuevos nombramientos, que presumiblemente pasan por un cambio en la portavocía —que actualmente ostenta Pérez Llorca— y también en la dirección del grupo.El PP da por segura la elección de su nuevo candidato mientras que en Vox se muestran más prudentes, al menos de cara a la opinión pública. La portavoz de los ultraderechistas en la Cámara Baja, Pepa Millán, advertía este martes de que este registro no implica que se haya alcanzado ya un pacto para su investidura. Sin embargo, tanto en el PP valenciano como en la dirección nacional encabezada por Alberto Núñez Feijóo ven más que "asumibles" las condiciones planteadas por los ultras, que pasan por que el PP adopte sus tesis en materias como la emergencia climática, la memoria histórica y la cuestión lingüística.La pasada semana, durante su intervención en el Congreso, Santiago Abascal se dirigió al líder del PP y le pidió construir "diques" y "presas" en la Comunitat Valenciana a cambio de su apoyo. También le exigió acabar con las medidas de Bruselas que provocan el "terrorismo climático" a cambio de una posición favorable a la investidura de su aspirante a dirigir el Consell. Dos condiciones asumibles para el PP, teniendo en cuenta que no son de "competencia autonómica", como recalcaban fuentes del equipo de Feijóo. Para los conservadores, lo más importante es cerrar un acuerdo "cuanto antes". Y Vox no parece, a priori, dispuesto a llevar al PP al límite.Lo que sí trasladan fuentes de la formación de Abascal es que Pérez Llorca deberá escenificar el acuerdo con Vox en su discurso de investidura —previsto, en principio, para la última semana de noviembre—, tal y como hizo Mazón cuando Vox apoyó los presupuestos de la Generalitat. Los ultras, quieren, además, que el PP se pronuncie sobre su exigencia de vincular el cobro de la renta valenciana de inclusión a la renuncia al burka o el niqab, dos prendas que quieren prohibir que se utilicen en espacios públicos bajo la premisa de que "atentan contra la dignidad de las mujeres".La predisposición para el acuerdo en la Comunitat Valenciana, pese a que según las encuestas los ultraderechistas estarían en posición de competir con el PP e, incluso, sorpassarlo por primera vez, contrasta con la ruptura en Extremadura, donde María Guardiola ha adelantado las elecciones al 21 de diciembre. En este último caso, la formación de Santiago Abascal, lejos de amilanarse, pidió a Guardiola que diera ese paso para demostrar su fuerza en la comunidad. En este tiempo los ultraderechistas han lamentado los "desprecios" e "insultos" que, a su juicio, han recibido por parte de la conservadora al no cumplir con ninguno de los acuerdos.Todo lo contrario de lo que ha sucedido con Mazón. La debilidad del jefe del Consell permitió a Vox convertir a la Comunitat Valenciana en su primer laboratorio institucional, con un PP asumiendo sin complejos sus postulados más extremos. Ese era su principal objetivo. Y vuelve a serlo ahora. Un pacto de no agresión que continúa incluso después de la dimisión de Mazón, como pudo verse durante la comparecencia del todavía jefe del Consell en Les Corts y también en la del Congreso, en la que el diputado de Vox, Ignacio Gil Lázaro, evitó interrogar al jefe del Consell sobre su gestión y se dedicó a arremeter contra el Gobierno de Pedro Sánchez.Todas estas cesiones son claves para los ultraderechistas y, explican, en parte, la actitud displicente con el Ejecutivo valenciano. En lugar de contener a los ultras, el PP valenciano compró el relato de Vox. La estrategia de perfil bajo de Mazón, en lugar de amortiguar las exigencias ultras, las amplificó. Y Abascal es consciente de que Pérez Llorca es un presidente de transición que también está en una situación de debilidad interna. A Vox le interesa más eso que forzar unas elecciones que podrían darle la victoria a la izquierda, ya que en ningún momento quieren ser percibidos como los responsables de una vuelta del PSPV y Compromís.Otro de los motivos por los que Vox no quiere ir a elecciones en la Comunitat Valenciana es, precisamente, el desgaste que podrían sufrir al entrar en un gobierno autonómico antes de que se celebren los comicios generales. Abascal decidió salirse de los gobiernos autonómicos en verano del pasado año porque no estaban rentabilizando su presencia en esos Ejecutivos. En clave valenciana, el relevo en la portavocía de Les Corts apunta a que el PP tiene la certeza de que el acuerdo con Vox está ya hecho a falta de los últimos flecos. Según explican desde el partido, no se espera que mañana haya grandes anuncios sobre los acuerdos con Vox que facilitarán su investidura, sino que estos se avanzarán más adelante en su toma de posesión. Tras la llegada al cargo, le seguiría una previsible remodelación del Consell a su medida, con la incógnita de si mantendría a Susana Camarero como vicepresidenta y portavoz de la Generalitat.La reunión del grupo parlamentario es importante también en clave orgánica, ya que sigue pendiente resolver el liderazgo del PPCV, que a día de hoy sigue ostentando Mazón. Este martes, Feijóo confirmó que Mazón dimitirá también como presidente del PP valenciano y que, en consecuencia, el partido abordará el relevo orgánico "en las próximas semanas", siempre después de la investidura de Pérez Llorca como nuevo presidente de la Generalitat. "El señor Mazón puso su cargo a disposición del partido. Me notificó que creía que debía dejar la presidencia del partido y yo estoy de acuerdo”, señaló a su salida de un acto en Madrid. El plan de Feijóo pasa por nombrar un sustituto interino, probablemente Juan Pérez Llorca, que será elegido entre los miembros del Ejecutivo regional. El lunes, Génova descartó celebrar a corto plazo un congreso del PP valenciano que abriría al PP en canal. "Lo importante ahora mismo es construir un Gobierno cuyo único objetivo tiene que ser la reconstrucción en Valencia", dijo el vicesecretario de Hacienda, Juan Bravo, en la rueda de prensa posterior al comité de dirección.