Ya sea por estética o por pensamientos góticos relativos a nuestra longevidad, al final todo el mundo quiere lo mismo, aunque se exprese de una u otra manera. Lo de la longevidad es un término que incluye tantos aspectos que se ha convertido en un comodín, algo que debe aparecer en cualquier artículo. Por lo visto tiene cierta capacidad para que buscadores como Google lo detecten como importante y sugieran dicho contenido a los lectores. Da igual si procede o no. Pues ale, seamos longevos. Hablar de estética no es mucho más simple, los hay feos con ganas que se creen tocados por la mano de Dios y viceversa. Encima, si abres ese melón, te pueden tachar de promulgar estereotipos de belleza anclados en arquetipos retrógrados y unas cuantas bobadas más. Todos deseamos vivir muchos años y con plenitud. Nos encanta decir eso de que queremos tener salud para poder jugar con nuestros nietos cuando seamos mayores, y es verdad, pero también queremos sentarnos a comer con la familia y que sigamos pareciendo un ser humano que camina entre los vivos, así que sí, también hay un beneficio estético en la plenitud física, ya que hay una relación entre ellas mucho más estrecha de lo que se puede admitir sin que alguien te critique. Si somos capaces de convenir que a todos nos preocupa lo mismo ¿por qué no nos lo tomamos en serio o, aunque lo hagamos, no vemos resultados? Una parte de la culpa es del mensajero. Siempre se dice eso de 'no culpar al mensajero', pero el mensajero también es culpable. Y es muy culpable cuando decide libremente qué comunicar. Cuando toma un camino u otro. El camino de la divulgación o la información periodística relacionados con el ejercicio físico y la nutrición llegan siempre a un cruce en el que hay que elegir. Una ruta es la compleja, la que distancia con el gran público porque no promete milagros y no es fácil de leer; la otra es la que nos lleva a encontrarnos con noticias que explican qué ocurre si tomamos pepinillos todos los días o cuál es el ejercicio que en dos minutos y sin esfuerzo te transforma en Kim Kardashian. Esta es la que gana por goleada. Vendamos milagros, de acuerdo. Sabemos que existen las llamadas «zonas azules», determinadas áreas geográficas donde la esperanza de vida y la salud de sus habitantes son sorprendentemente altas y buenas. La receta es simple: alimentación de temporada, autóctona, variada y rica en frutas y verduras, actividad física, relaciones sociales y poco estrés. En general, entendemos las relaciones sociales como la reunión 'afterwork' bañada en alcohol, la actividad física como dar 10.000 pasos, la alimentación saludable como hacer recetas de postres 'fit' y el estrés… bueno, qué le vamos a hacer, 'es que tengo mucho lío'. Siempre surgirán motivos razonables para explicar por qué llevamos semanas sin ir al gimnasio que pagamos. Siempre hay una celebración por la que cometer algún exceso. Siempre hay un buen titular que te pueda llevar a pensar que lo importante es que sigas el método japonés de la 'niñaqueordenaydesordenafit' , o que todos los días suspires tres veces antes de salir de la cama para ayudarte a encontrar tu mejor versión. Qué funciona es bien simple, lo que ocurre es que es poco atractivo y cuesta bastante más esfuerzo del que nadie admite. La consecuencia inmediata es que no se consume. Como no se consume, no se ofrece. Me ocurrió el otro día cuando pregunté por un pescado y me explicaron que como se pide poco, sale a precio de merluza y, a igualdad de precios, pues la gente escoge merluza. La consecuencia es que hay menos variedad, menos con lo que comparar. Todos decimos lo mismo y todo es mentira. Así que colorín colorado, este cuento se ha acabado. Son los tiempos de los enfoques holísticos, del mindfullness . Si te gustan los hierros y confías en el peso muerto o la sentadilla eres bicho (o bicha o biche) raro, pero eso da igual, a ti te va a ir mejor. Y lo sabes. Que la fuerza te acompañe.