Varios restaurantes, como Cerchas y más recientemente Acontraluz, han ocupado hasta ahora la luminosa nave de estructura industrial y viejo taller de oficios a la que se accede por un amplio patio presidido por una buganvilia, en el mítico y elegante espacio de la calle Milasenado, 19, que hace casi esquina con la Vía Augusta a la altura del barcelonés barrio de Tres Torres. A principios del mes de noviembre, el restaurante abrió sus puertas reconvertido en Casa Telmo, el último de los establecimientos del grupo San Telmo, y ya ha conquistado los paladares de los vecinos a través de una cocina que, como su propio nombre indica, busca convertirse en casera a partir de productos de mercado de primera calidad, elaboraciones sencillas y emplatados en mesas con manteles de hilo, con un servicio esmerado que hace sentir al comensal en su hogar. Ya era hora de que las nuevas aperturas gastronómicas en Barcelona apostaran por recuperar el protagonismo del mantel en sus mesas al tiempo que se elevan los platos caseros a la categoría de gastronómicos . Eso es lo que ha propuesto Isidro Marqués, propietario del grupo San Telmo, con su última apertura: Casa Telmo. Con una «mise en scène» refinada pero cercana, y una carta cuyos platos se entienden a la primera, Marqués ha logrado una casa de comidas que se puede frecuentar. La apertura ha sido especialmente significativa para el propietario, ya que supone la realización del sueño personal de Isidro Marqués de abrir un local en el barrio que ha sido el suyo de toda la vida. Tal y como él mismo declara: «Este local es un clásico del barrio y tengo una gran conexión emocional con él : lo abrió el mítico Manolo Grandes -toda una socialité de la época- con el Cerchas, un restaurante que hacía honor a la estructura industrial del edificio y viejo taller de oficios que hoy en día ocupa Casa Telmo, y que también sigue el legado de mi prima Carla Tarruella, que regentó el Acontraluz en el mismo espacio». Menú de mantel por 24,5 euros En la carta destaca una buena cantidad de platillos para compartir, la recuperación de las cazuelitas con guisos de toda la vida de excelente ejecución, además de entrantes sencillos pero exquisitos, como las tortillas abiertas o pescados frescos procedentes de la lonja barcelonesa y carnes ecológicas de origen catalán. El concepto de casa de comidas queda subrayado en el «menú de mantel», que es como se denomina su menú diario y que da protagonismo al mantel blanco de hilo como símbolo de las comidas caseras y auténticas, y que está disponible diariamente por 24,5 euros, aunque el ticket medio a la carta para cenas y fines de semana se sitúa entre los 35 y 40 euros , precio que se puede maridar con una gran variedad de vinos de denominación de origen (DO) locales y también de champagnes. El servicio, dirigido por Francisco Romero, se extiende durante toda la jornada, al ofrecer cocina ininterrumpida de 13h a 22:45h, ideal para quienes desean disfrutar de una sobremesa que se alarga hasta la cena. Casa Telmo ofrece «comfort food» elevado a través de entrantes como las ostras Sant Lluis, unas adictivas gambas de cristal con tajín, condimento en polvo de chile, limón y sal , de sabor exquisito y que se antojan las pipas del mar; o la ensaladilla rusa también de gambas troceadas. Los entrantes continúan con unas verduras Za'atar, la burrata con tartar de tomate, los puerros confitados con stracciatella y botarga o las tortillas abiertas que se llevan a la mesa a medio cuajar en la propia sartén con productos de temporada, como la gamba roja y ajos tiernos u otra con ceps y panceta ibérica Joselito, toda una sencilla delicia. En cuanto a los platos principales, destacan sus cazuelitas como otro de los «hits» de Casa Telmo. Se trata de guisos de cuchara pensados para compartir y apelar a la memoria del paladar , con sabores universales que trasladan al comensal a esas comidas de domingo en casa, con familia o amigos. Así, se puede dar cuenta de unos macarrones a la cardenal con carrillera ibérica, o unas exquisitas albóndigas Strogonoff sin olvidar el fricandó de ternera. También destacan los dados de solomillo de ternera sobre parmentier de patata y chalotas glaseadas, un clásico San Telmo reinventado en este restaurante, y el toque bistró del entrecot al Café París. En cuanto a los pescados, son recomendables sus calamares con patata enmascarada y setas , aunque también se puede dar cuenta de una corvina a la putanesa o de un rodaballo a la mantequilla negra. El punto dulce rinde homenaje a la nostalgia con el helado de nata con chocolate fundido 70% y garrapiñados de nueces y pistachos, un postre que evoca los sabores caseros de antaño. Este toque de repostería tradicional se completa con opciones como el flan cremoso casero y la tarta de queso Idiazábal ahumado, exquisitamente melosa. El diseño de la sala sigue la estética del restaurante hermano del grupo, Bistró Mató, con paredes blancas y espejos que agigantan la luminosidad de un espacio de techos altos. También dispone de un salón privado, «la pecera» para hasta 45 comensales y, cuando el tiempo acompañe, el jardín es ideal para comer, el vermut o disfrutar del tardeo. Isidro Marqués, fundador y propietario de grupo San Telmo, es un apasionado de la restauración. Formado en la escuela de cocina Hofmann, durante sus primeros años trabajó en restaurantes de referencia de Barcelona como el Ra o el Grupo Tragaluz, así como en la Hacienda Benazuza, donde estuvo codo con codo con Rafa Morales y Pepe García del equipo de elBulli. Hoy, el grupo está integrado por siete establecimientos independientes en Barcelona: Tantarantana (2001), San Telmo (2006), El Canalla (2011), Palosanto (2016), Bistro Mató (2020), Café de l'Acadèmia (2024) y el recién adquirido Casa Telmo. Con cada local, Marqués busca crear un lugar con carácter y personalidad propios, en armonía con su entorno y con una oferta que se ajuste al lugar y su gente.