Cerca del cielo, entre enormes montañas, bosques de pinsapos y rodeado de una fauna única en toda España, se encuentra el municipio gaditano de Grazalema. Sin lugar a dudas, Grazalema es la joya de la corona de la preciosa sierra a la que da nombre y prueba de ello son los miles de visitantes que acuden a ella a lo largo de todo el año a disfrutar de sus encantos. Un paseo por las históricas calles de Grazalema es siempre una opción ganadora en cualquier época del año, pero cuando el frío aprieta, los días se acortan y las fechas navideñas asoman en el calendario, visitar esta pequeña localidad de la sierra gaditana se convierte en todo un placer. Son muchos los argumentos que convierten a Grazalema en el pueblo más bonito de Cádiz en Navidad. El municipio de Grazalema parece que está sacado de un cuento, ya que lo primero que sorprende al visitante es su espectacular ubicación. Es una atalaya desde la que se pueden contemplar algunas de las zonas más bonitas de la Sierra, estando además a una altura más que considerable - 812 metros sobre el nivel del mar-, lo que permite que Grazalema sea uno de los lugares que más frío registra y donde más precipitaciones tienen lugar de toda España. Cuando llega el mes de diciembre, las calles de Grazalema se transforman en un decorado perfecto para disfrutar de la esencia de la Navidad. Las calles principales, con especial protagonismo para la plaza de España , lugar en el que se encuentra el Ayuntamiento y se concentra gran parte de la vida de este pequeño pueblo, se llenan de magia, de luces navideñas y de numerosas actividades que sirven para disfrutar este precioso lugar. El frío propio de la zona, frío auténtico y serrano, se puede combatir con una copita de anís, un buen chocolate caliente o alguna de las especialidades gastronómicas de la zona, como por ejemplo una sopa de Grazalema , que se elabora con caldo de puchero, chorizo de la zona, pan asentado, hierbabuena y huevos duros. Manjares que se pueden complementar con otras especialidades de la zona como el famoso queso payoyo o platos basados en carnes de caza. Todo ello en un lugar que a sus indudables atractivos naturales une también el hecho de ser un enclave que ha estado poblado por los humanos desde tiempos inmemoriales. En las cercanías de Grazalema se han encontrado asentamientos prehistóricos como por ejemplo el dolmen de la Giganta , mientras que los romanos llamaron a esta ciudad Lacílbula. En nuestra visita navideña a estas calles empedradas, repletas de bellas casas encaladas y de macetas colgadas en las paredes , vamos a encontrar bonitos ejemplos de arquitectura popular. Debemos de aprovechar para visitar la iglesia barroca de Nuestra Señora de la Aurora, además de la iglesia de San José, la parroquia de Nuestra de la Encarnación, la iglesia de San Juan y las ermitas del Calvario y de los Ángeles. Son especialmente bonitas también sus fuentes, particularmente la Fuente de los Ocho Caños . Los más curiosos y frioleros, no pueden olvidar que están en una población que es muy famosa por la elaboración artesanal de mantas, y que cuenta con un museo de Artesanía Textil, donde se pueden conocer en profundidad muchos oficios artesanales.