En una reunión cargada de tensiones regionales, el príncipe heredero saudí y Donald Trump abordaron un tema inesperado: Venezuela. Entre advertencias económicas, preocupaciones energéticas y maniobras diplomáticas, Arabia Saudita intenta desactivar una escalada militar y proponer un camino alternativo que redefiniría el futuro del chavismo y el rol de Estados Unidos.