Takashi Watanabe, presidente de Lexus Internacional: «El espacio y el confort pesan más que la velocidad en la nueva percepción del lujo»

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En el Japan Mobility Show que se ha celebrado en Tokio la última semana de octubre, donde los eléctricos, los SUV y los prototipos futuristas compiten por llamar la atención, Takashi Watanabe, presidente de Lexus Internacional, se mueve con la calma de quien conoce el valor de la paciencia japonesa. Watanabe es la voz de una marca que está redefiniendo el lujo en la era de la electrificación, pero sin perder su identidad. Somos el único medio de comunicación español al que recibe en la capital japonesa y lo hace con una sonrisa discreta y la cortesía propios de la cultura nipona. «El mundo del lujo ha cambiado profundamente», explica. «Nuestros clientes ya no buscan solo un vehículo potente o sofisticado. Buscan algo que refleje su forma de pensar y su respeto por el entorno. En Lexus creemos que el lujo moderno combina tecnología, sostenibilidad y emoción humana». Esa visión se traduce en un lenguaje de diseño cada vez más libre, en el que la tradición japonesa se mezcla con la exploración de nuevas formas y materiales: «Queremos que cada coche Lexus cuente una historia», afirma. «La artesanía 'takumi' y la hospitalidad 'omotenashi' siguen siendo nuestra esencia, pero ahora las aplicamos a un mundo que evoluciona muy rápido». Prototipo de seis ruedas Entre los modelos que más curiosidad han despertado en el Japan Mobility Show figura un sorprendente prototipo de vehículo de seis ruedas de Lexus, el LS Concept, que está a medio camino entre un monovolumen de lujo y una nave espacial. Una propuesta que ha despertado interés dentro de la industria automovilística. Watanabe sonríe cuando se lo mencionamos: «No es solo una provocación estética», dice. «En Asia los monovolúmenes son la nueva forma de lujo. El espacio y el confort pesan más que la velocidad. Este concepto nos permite explorar nuevas soluciones técnicas y comprender mejor cómo podría ser la movilidad 'premium' del futuro». En un momento en que la mayoría de fabricantes acelera hacia la electrificación total, Lexus adopta una estrategia más matizada. «No creemos en una única respuesta tecnológica», explica Watanabe. «Dependiendo del mercado, un motor eléctrico, híbrido o incluso de combustión avanzada puede ser la mejor opción. Lo importante es ofrecer una experiencia de conducción emocional y sostenible a la vez». El ejecutivo subraya que Lexus no pretende renunciar a su ADN. «La electrificación no significa perder el alma del coche», aclara. «Queremos que siga existiendo esa conexión entre el conductor, el vehículo y la carretera, aunque la energía provenga de una batería». Cuando la conversación se dirige a otra de las novedades presentadas en Tokio, el LS Concept Sport, que recuerda LFA de 2010, los ojos de Watanabe se iluminan. Aquel superdeportivo de edición limitada (500 unidades fabricadas) con un motor V10 que entregaba 560 CV de potencia, que está considerado uno de los coches más puros de la historia reciente y sigue marcando la filosofía de la marca. «El LFA fue un símbolo de lo que Lexus puede lograr cuando combina pasión e ingeniería. Nuestro próximo deportivo heredará ese espíritu, pero con la tecnología del futuro. Queremos demostrar que la emoción también puede ser eléctrica». Tensiones arancelarias En cuanto a las tensiones comerciales y arancelarias entre grandes mercados, Watanabe responde con pragmatismo japonés: «Es un entorno volátil, sí, pero Lexus es una marca global. Nuestra producción está diversificada, lo que nos permite adaptarnos rápidamente. En lugar de preocuparnos por los cambios externos, preferimos centrarnos en lo que controlamos: la calidad, la innovación y la experiencia del cliente». Antes de despedirse, el presidente de Lexus resume su visión en una frase que bien podría servir como lema para toda la compañía: «Nuestro desafío es mantener la emoción de conducir en un mundo cada vez más automatizado. La tecnología debe servir para amplificar las sensaciones, no para reemplazarlas».