La detención en abril de 2023 del médico Domingo S. S., médico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y de su esposa se produjo después de la denuncia presentada por una de sus hijas, lo que permitió liberar a los ocho menores del matrimonio. Según la acusación, las cinco niñas y tres niños vivían sometidos a un régimen de miedo constante que se prolongó durante años y que solo pudo descubrirse tras la intervención de la Guardia Civil.Penas solicitadas y estructura del presunto maltratoLa Comunidad de Madrid reclama 266 años y nueve meses de prisión para el padre y 185 años para la madre, acusados de malos tratos continuados, lesiones físicas y psíquicas, detención ilegal y agresiones sexuales. La Fiscalía sostiene que era el padre quien imponía un “clima de terror y humillación”, mientras que la madre lo avalaba y participaba en algunas situaciones de castigo y control.Los escritos presentados ante la Audiencia Provincial describen episodios de violencia física, como agresiones “con objetos contundentes, golpes en la cabeza, inmovilizaciones y amenazas de muerte”, además de “exploraciones y tocamientos de carácter sexual” realizados a dos de las hijas mayores. La acusación señala que estas prácticas formaban parte de la dinámica diaria del hogar, donde los menores habrían vivido bajo un sistema de castigos impredecibles.Uno de los sucesos recogidos relata que, al cumplir nueve años, uno de los hijos “permaneció encerrado mientras sus hermanos disfrutaban de la festividad”, y que solo fue llevado al salón “como mero espectador” para comprobar la celebración, antes de ser devuelto al sótano. En otro episodio, una de las niñas sufrió un golpe “con el rodillo, provocándole una brecha por la que le ocasionó una fuerte hemorragia”, siendo atendida por la madre, según consta en los documentos.La acusación también detalla la obsesión sexual del padre, que habría practicado “exploraciones vaginales” a las hijas mayores “introduciéndoles los dedos en la cavidad vaginal mientras las llamaba putas y les exigía el nombre del varón que las había desvirgado”. Además, dos de las niñas fueron obligadas durante meses a ver pornografía y, si apartaban la vista, eran golpeadas. Estos hechos quedaron recogidos en el relato judicial citado en la Newsletter.Los informes periciales incluidos en el sumario señalan secuelas físicas y un daño psicológico significativo en siete de los menores, con síntomas ansioso-depresivos, baja autoestima, conductas autolesivas y rasgos compatibles con trauma. La acusación solicita, además de las penas de prisión, medidas de inhabilitación para la patria potestad, prohibiciones de aproximación y comunicación, y periodos de libertad vigilada tras el cumplimiento de las condenas.