El fósil atrapado en la cueva de Altamura guardaba una pista que nadie había podido estudiar hasta ahora. Su nariz, una de las mejor conservadas de Europa, no muestra ninguna adaptación interna al frío. El dato contradice décadas de teorías sobre la respiración neandertal. Y abre una nueva forma de entender cómo sobrevivió esta especie en los climas más duros del Pleistoceno.