Cuando cae la noche, algunos bosques españoles revelan un espectáculo inesperado: hongos capaces de emitir luz propia. Este fenómeno natural, fruto de complejas reacciones bioquímicas, transforma senderos y troncos en paisajes luminosos que parecen sacados de un relato fantástico.Cuando pensamos en un bosque nocturno, lo imaginamos sumido en la oscuridad, apenas iluminado por la tenue luz de la luna y las estrellas. Sin embargo, en ciertos rincones de España —principalmente en zonas húmedas y bosques caducifolios— es posible disfrutar de un espectáculo tan inesperado como cautivador: hongos que brillan en la oscuridad. Este fenómeno, conocido como bioluminiscencia, lleva siglos despertando fascinación y curiosidad, aunque hoy la ciencia entiende mejor cómo y por qué se produce.El secreto detrás del brillo: luciferina y luciferasaLa bioluminiscencia es la capacidad de algunos organismos para producir luz mediante una reacción química interna. Aunque suele asociarse con animales como luciérnagas o ciertas especies marinas, también se encuentra en el reino fungi. Las propiedades luminiscentes de algunos hongos se deben a dos sustancias: la luciferina y la luciferasa.En los hongos bioluminiscentes, la luz se genera gracias a la interacción entre dos elementos clave: la luciferina, una molécula orgánica que, al oxidarse, emite luz; y la luciferasa, la enzima que cataliza la reacción y permite que la luciferina se oxide.El proceso, que ocurre en presencia de oxígeno, produce un resplandor suave y continuo, generalmente en tonos verdosos. Una luz que no tiene calor asociado, razón por la cual se clasifica como “fría”. Artículo relacionado¿Dónde ver olas brillantes? Las 7 playas más impresionantes del mundo para observar la bioluminiscencia Aunque la función exacta de la bioluminiscencia en los hongos aún genera debate, las teorías más aceptadas apuntan a que podría servir para atraer insectos que ayuden a dispersar las esporas, o actuar como defensa contra depredadores nocturnos.Bioluminiscencia vs. fluorescencia: dos fenómenos muy distintosEs común confundir la bioluminiscencia con la fluorescencia, pero se trata de fenómenos distintos tanto en origen como en mecanismo.La medusa Aequorea victoria es un organismo con propiedades fluorescentes, que no hay que confundir con la bioluminiscencia. Como hemos visto, la bioluminiscencia es la capacidad de un organismo de producir luz a través de una reacción química autónoma. Es decir, no necesita una fuente externa de luz para activarse.En cambio, los organismos fluorescentes son aquellos que absorben la luz ultravioleta o visible y la reemiten en otra longitud de onda. Por eso, la luz que vemos desaparece en cuanto se apaga la fuente que la provoca. Es el caso de la medusa Aequorea victoria o géneros de corales duros como los Acropora, Montipora o Favia.Hongos que iluminan bosques españolesSi bien la bioluminiscencia fúngica es un fenómeno más frecuente en regiones tropicales, en España existen especies capaces de emitir luz. Se trata de un brillo generalmente microscópico, aunque, en ocasiones, también puede observarse a simple vista. Estos son los principales hongos con esta curiosa propiedad:Mycena lucentipesEs una de las especies más conocidas dentro del género Mycena, famoso por su capacidad luminiscente. Ejemplares del hongo bioluminiscente Mycena lucentipes. Henrique R. DomingosAunque M. lucentipes es más común en zonas subtropicales, en la península Ibérica se han documentado especies del mismo género con propiedades similares, especialmente en bosques húmedos de Galicia, Asturias, País Vasco, Navarra y algunos enclaves del Sistema Central.Mycena chlorophosAunque es más frecuente en Asia y Oceanía, se han detectado ejemplares en Europa asociados a madera muy húmeda y a los procesos de descomposición avanzada.Otro género de hongo bioluminiscente: el Mycena chlorophos.Desde que fue descrito por primera vez en 1860, su brillo verde intenso ha sido protagonista de numerosos estudios sobre la bioquímica de los hongos luminosos.Armillaria mellea (la seta de miel)Esta especie, bastante común en España, no emite luz en el cuerpo fructífero (la seta), sino en su micelio —las estructuras subterráneas que forman una red bajo el suelo—. Aunque el brillo es débil, puede observarse en condiciones óptimas: completa oscuridad y alta humedad.En condiciones óptimas, puede apreciarse el resplandor que produce el micelio de la seta de la miel. Su presencia es frecuente en algunas áreas como Galicia y Cataluña, donde, al ser considerado un hongo patógeno que causa la podredumbre de las raíces, suele causar daños significativos en viñedos y alcornocales.Omphalotus oleariusConocido como “seta de olivo” y ampliamente distribuido por la Península, este hongo es famoso por su toxicidad y también por un leve brillo bioluminiscente en sus láminas, visible en ambientes muy oscuros. La conocida como seta del olivo, también bioluminiscente, está ampliamente distribuida por la península ibérica.Su resplandor, aunque discreto, contribuye al imaginario popular de los “bosques encantados”.Una experiencia difícil de olvidarAsí que, aunque parezca cosa de magia, la bioluminiscencia fúngica que puede admirarse en algunos bosques está indisolublemente ligada a la química. Su rareza y la necesidad de condiciones muy específicas para que se produzca —altísima humedad, madera en descomposición y ausencia total de luz— hacen que no sea un fenómeno cotidiano, pero sí uno que deja huella. Artículo relacionadoCómo diferenciar las setas comestibles de las venenosas: claves para una recolección seguraPorque, aunque no todos los bosques españoles esconden estos organismos luminosos, quienes han tenido la suerte de verlos coinciden en que se trata de una experiencia tan fascinante como inolvidable.