Un estudio del Instituto Weizmann de Ciencias revela un fenómeno inquietante: mientras la movilidad humana se disparó un 4000% desde la Revolución Industrial, el movimiento de animales salvajes cayó un 60%. La pérdida de movilidad amenaza funciones ecológicas clave, altera ecosistemas enteros y expone el dominio abrumador de la actividad humana en la Tierra.