Tenía el largo y duro texto preparado. Solo estaba esperando a que finalizase el largo partido, tres horas, de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) disputado este domingo entre Miami Dolphins y Washington Commanders (16-13) en el estadio Santiago Bernabéu, así que a las 18:38 horas Javier Tebas le dio al botón de publicar en su cuenta de la red social 'X' (antes Twitter) y sus cerca de 113.000 seguidores pudieron leer cuatro párrafos demoledores. Estaba cantado que el presidente de LaLiga no iba a desaprovechar la oportunidad de comparar el hecho de que se celebre un encuentro de un torneo nacional de Estados Unidos en un país extranjero, España, con su frustrado intento de llevar en diciembre el partido de la Liga española Villarreal-Barcelona precisamente a Miami. Si resulta que encima el equipo que más se opuso a esa idea, el Real Madrid , es el que ha acogido en su estadio la cita de la NFL, Tebas no se iba a callar. Porque no lo hace nunca. Además de atizar al club que preside Florentino Pérez , el presidente de LaLiga pasa las correspondientes facturas a todos los que mostraron su negativa al encuentro de Miami. Y lo hace con su rudeza habitual: «Llevamos semanas escuchando que hoy es «un día histórico para el deporte español» porque la NFL juega en Madrid. Portadas, especiales, alfombra roja… magnífica promoción para la NFL en España, con un estadio español como escaparate. Y lo más llamativo: el estadio es del mismo club que lideró la cruzada de la «integritis» contra el partido oficial de LaLiga en Miami… y que ahora lo cede encantado previo pago, por supuesto. Entonces pusieron a jugadores y portaCoces a repetir el mismo relato , con idénticas expresiones de adulteración de la competición, mandaron cartas a todas las instituciones posibles, solo les faltó quejarse al Papa, mientras el comisario europeo de Deporte agitaba la bandera de la «tradición» y la AFE se llenaba la boca con «información» y «transparencia», cuando estaban perfectamente informados de cómo se iba a organizar el partido y de que se respetaba la normativa. El partido de Miami tenía el lleno garantizado, una agenda de eventos igual o mayor que la de estos días y servía para internacionalizar nuestra competición. Estábamos hablando de 1 partido de los 380 que juega LaLiga a lo largo de la temporada. Está claro que entonces ganó la intoxicación y la falta de visión de futuro. El problema no era la integridad, ni la tradición ni la información: el problema era quién lo impulsaba. Lo impulsaba LaLiga, una institución que todos quieren controlar: unos para que no crezca y así tener el camino más fácil para sus mega competiciones, otros para «rascar» más dinero, y otros para alimentar sus campañas políticas . Seguiremos intentándolo» .