La dirección nacional del Partido Popular "no estaba escuchando" la comparecencia del presidente valenciano, Carlos Mazón, en la comisión de investigación del Congreso que investiga la dana. Eso es, al menos, lo que alegó el vicesecretario de Hacienda del PP, Juan Bravo, desde la sede nacional del partido este lunes. Y lo cierto es que ningún miembro de Génova acompañó al jefe del Consell en funciones. Tampoco nadie de la dirección del grupo parlamentario, encabezada por Ester Muñoz, a diferencia de lo que pasó durante las comparecencias de los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar.En el caso de Aznar, en 2018, le arroparon Pablo Casado, entonces líder del partido, su número dos, Teodoro García Egea, y también la portavoz parlamentaria, Dolors Montserrat, actual secretaria general del Partido Popular Europeo. Por lo que respecta a Rajoy, en 2021 estuvo acompañado por la entonces portavoz del partido, Cuca Gamarra, por la exministra y vicesecretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, y también por el secretario general del grupo, Guillermo Mariscal, que sí estuvo durante la comparecencia de las víctimas de la dana. Sin embargo, en esta ocasión no apareció por la 'Sala Prim' del Congreso.A Mazón, además de los diputados que forman parte de la comisión parlamentaria, únicamente le acompañaron algunos miembros del PP de la Comunitat Valenciana como Macarena Montesinos, su persona de confianza en Madrid que estuvo con él durante el fin de semana que decidió renunciar al cargo, o el expresidente de la Generalitat Alberto Fabra, cercano a Génova, que abandonó la comparecencia a la mitad. Fabra solo volvió al final de la misma, cuando los pocos diputados del PP presentes aplaudieron al presidente valenciano en funciones. Ninguno de ellos se acercó a saludar a los familiares de las víctimas, que se manifestaron en la puerta de la Cámara Baja al grito de "Mazón a prisión". Bravo, por su parte, evitó respaldar a Mazón el día que volvió a dar nuevas explicaciones sobre lo que ocurrió el 29 de octubre de 2024 —como hizo al afirmar que "tenía el móvil en la mochila" y que por eso no escuchó las llamadas de la exconsellera de Interior, Salomé Pradas, o cuando afirmó que ningún escolta le acompañó tras la comida en El Ventorro— y volvió a recurrir a las mismas mentiras sobre el falso "apagón informativo" de las agencias meteorológicas que repite desde hace más de un año. Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico han negado de manera categórica que se interrumpiera la transmisión de datos hidrológicos ni se bloqueara el acceso público a la información. Estas mismas fuentes aseguran que AEMET no afirmó en ningún momento que la tormenta fuera a desplazarse a la Serranía de Cuenca —como volvió a repetir Mazón— y que, por ello, el temporal fuese a cesar y que predijeran que caerían 180 litros por metro cuadrado. "Esa cifra corresponde al umbral mínimo que activa un aviso rojo en la zona mediterránea", señalan.En Génova se escudaron en el desconocimiento para evitar defenderlo. "No sé exactamente a lo que él ha hecho referencia", fue la respuesta de Bravo. "Estábamos en la reunión del comité de dirección, entonces no he podido escuchar esas declaraciones", argumentó ante los periodistas, si bien defendió que Mazón ha comparecido —de manera obligada, en el Congreso— a diferencia de otros miembros del Ejecutivo central, que no han detallado "dónde estaban" el 29 de octubre. El vicesecretario del PP evitó mencionar que la gestión de la catástrofe siempre fue competencia de la Generalitat, tanto antes como después de la dana, ya que Mazón no elevó el nivel de alerta como le pidió Alberto Núñez Feijóo. Una decisión de la que el jefe del Consell en funciones culpó al Gobierno de Sánchez en la comparecencia en la que anunció su dimisión, pese a que había dicho que era decisión de los técnicos.En Génova siempre han visto a Mazón un "lastre" para el PP, como admiten desde hace tiempo en privado miembros de Génova, pero han evitado dejarlo caer tratando de responsabilizar también a Pedro Sánchez. Aunque el equipo de Feijóo asegura que no fue él quien forzó su dimisión hace dos semanas, la popularidad bajo mínimos del jefe del Consell preocupaba —y mucho— a la dirección nacional, cuyo único objetivo es conservar el gobierno de la Comunitat Valenciana. Ahora van a tratar de mantenerlo, a toda costa, al nombrar al número dos de Mazón, Juanfran Pérez Llorca, como su sustituto.Bravo también se refirió a este asunto aunque remarcó que es el PP valenciano quien está implicado ya "en esas negociaciones" para la investidura del próximo president de la Generalitat. El portavoz de Alberto Núñez Feijóo aseguró que lo esencial es "centrarse en los trabajos de reconstrucción", que es "lo que los valencianos esperan tras la catástrofe". En el PP nacional quieren evitar, además, pasar a la pantalla de la sucesión de Mazón al frente del PP valenciano, un puesto que codicia Vicent Mompó, actual president de la diputación de Valencia, pero también el expresident Francisco Camps, que ha prometido dar la batalla tras quedar absuelto de todas sus causas judiciales. Según Bravo, "a los valencianos les importa poco" cuándo se producirá el relevo de Mazón al frente del PPCV. El día de la dana Mazón encadenó tres actos ajenos al temporal —en ningún momento anuló su agenda— y después se ausentó para comer con la periodista Maribel Vilaplana. Según la versión de la Generalitat, allí Mazón le ofreció la presidencia de la radio televisión pública valenciana, À Punt, aunque algunos periodistas valencianos ponen en cuestión que ese ofrecimiento tuviera lugar y aseguran que, en su momento, ya le ofreció ser la portavoz del Consell. El reciente testimonio de Vilaplana ante la jueza de Catarroja fue clave para aclarar que el jefe del Consell estuvo en el restaurante hasta casi las 19 horas. Ante las preguntas de los grupos parlamentarios, Mazón no pudo dar una hora concreta sobre cuándo dejó a Vilaplana en el parking y aseguró que no había más testigos con él, más allá de la periodista, porque sus escoltas le acompañaron hasta la entrada al restaurante pero que no lo hicieron a la salida. Así, cabe deducir que tenía prevista acabar su jornada cuando entró a la comida, ya que como él mismo admitió "nadie" le esperaba en el Cecopi porque su presencia, a su juicio, "no hubiera cambiado nada".Según el relato de Mazón, la máxima autoridad valenciana fue sin escoltas hasta un parking ubicado en el centro de la ciudad, en dirección contraria al Palau, sobre las siete de la tarde y después regresó caminando por la calle sin seguridad alguna. Mazón justificó después la presencia de los escoltas por los "escraches" que, según él, organiza el PSOE contra él, pero tampoco supo responder por qué no estuvieron por la tarde.