Klipper ya era un básico, ahora es un imprescindible: (re)descubre el gestor de portapapeles de Plasma

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Comencemos por el principio: Klipper ya no existe. Pero todos los veteranos de KDE sabrán a qué me refiero: al gestor del portapapeles de Plasma, una herramienta básica del escritorio que ha alcanzado un nuevo nivel de utilidad tras el lanzamiento de KDE Plasma 6.5, y que se merece esta entrada porque es una pequeña maravilla que todo usuario debería conocer.Klipper era el nombre de la aplicación de portapapeles de KDE, pero en el transcurso de Plasma 5 pasó a ser un elemento gráfico —llámalo widget, llámalo applet— de denominación genérica, aunque aún se puede encontrar alguna alusión en las tripas del escritorio. Lo que no cambió fue su utilidad, o el tratarse de uno de los componentes que toda instalación sirve de manera predeterminada. Pero no se quedó ahí, y desde entonces ha mejorado en varios aspectos.Antes de entrar en materia cabe explicar, por si alguien lo necesita, que el portapapeles es esa función que permite guardar temporalmente fragmentos de texto, imágenes o archivos para reutilizarlos en otro lugar, ya sea con el menú contextual o mediante los clásicos atajos de teclado «Ctrl+C» para copiar y «Ctrl+V» para pegar. Es una característica básica de cualquier sistema operativo, pero en Linux hay algo más: la llamada copia intermedia.Esta segunda “memoria” se aplica a texto e imágenes seleccionados, sin necesidad de copiarlos de forma explícita. Basta con marcar un fragmento y pegarlo con el botón central del ratón. Y lo mejor: ambas funciones —la copia convencional y la selección directa— pueden convivir sin interferirse, de modo que lo último copiado y lo último seleccionado permanecen disponibles al mismo tiempo.Pero si todo esto ya es genial de por sí, apoyarse en un gestor de portapapeles lleva la experiencia a otro nivel. Un gestor de portapapeles no solo amplía el número de elementos que puedes conservar en memoria, sino que te permite revisarlos, buscarlos y volver a pegarlos cuando lo necesites. Es cierto que hay muchas formas de guardar cosas para recuperarlas después, pero si se trata de texto, además, en un contexto amplio, no ligado a una aplicación en concreto…Ningún bloc de notas o colección de snippets puede reemplazar la funcionalidad que aporta un gestor de portapapeles. En el caso de Plasma, esa tarea recae en su propio gestor integrado, un componente discreto pero muy potente que guarda un historial completo de copias y selecciones, admite texto, imágenes o enlaces, y ofrece funciones adicionales como el filtrado, el borrado automático o el anclado de contenidos frecuentes. Te enseño a configurarlo para sacarle el máximo partido.Portapapeles en KDE PlasmaEl gestor del portapapeles de Plasma no tiene pérdida: se encuentra siempre disponible y a la vista en la bandeja del sistema del panel, bajo el icono de una carpeta. Por defecto ya aporta una funcionalidad interesante, pero con poco que se toque, esta se multiplica exponencialmente. Entra en su configuración a través del menú contextual o el propio del complemento, una vez desplegado.En el apartado «General» están dos de las opciones elementales de la aplicación: «tamaño del historial» y «selección y portapapeles». La primera, al gusto, pero no te quedes en las 20 entradas predeterminadas, ni temas aumentarlo tanto como quieras, puesto que apenas gasta espacio cuando lo necesites, ahí lo tendrás. Yo, por ejemplo, suelo dejarlo en 1.000 entradas.Por otro lado, la opción de «selección y portapapeles» antes iba marcada por defecto, pero ya no y salvo que quieras copiar solo al seleccionar y prescindir de la copia intermedia, algo que no te recomiendo, déjalo como está. Las demás opciones, como consideres, pero si no tienes una cascarria de equipo, déjalo como está.Solo con el cambio en el tamaño del historial y la función que se estrenó en Plasma 6.5 y que comentaré más adelante, ya vas bien servido. Pero si quieres más, hay más, aunque he de advertir que tanto el «Menú de acciones» como la «Configuración de acciones» requieren de invertir tiempo, prueba y error, para exprimir su potencial sin frustraciones, porque no todos los ajustes funcionan como es de esperar si no se controla el tema de la gestión de ventanas de KDE.Así pues, vamos directamente con la novedad que trajo KDE Plasma 6.5: los favoritos. Tan sencillo y reconfortante como eso: ¿estás harto de buscar de manera recurrente fragmentos de texto, emojis o lo que sea, perdiendo tiempo en el proceso? Marca lo que más uses como favorito y lo tendrás siempre a mano, con la posibilidad —como sucede con el resto de resultados— de usar la barra para filtrar términos concretos.Por último… ¿seguridad? Hay dos formas de verlo, y vale la pena mencionarlas. En primer lugar, siendo un recurso de información tan potente, quizás a alguien le interese tener a buen resguardo los datos. Es posible hacerlo mediante el directorio «~/.local/share/klipper/», bien sea sincronizándolo o haciendo copias de seguridad puntuales. En ese directorio, además, se puede comprobar el almacenamiento que está gastando el portapapeles. Dicho esto, gestionar esos datos en crudo no es buena idea.A la inversa, hay quien puede considerar esta función del portapapeles como un riesgo de seguridad, dado que puede almacenar información sensible. En mi opinión, la seguridad se abstrae —o debería— de aspectos como el que nos ocupa y perder productividad por hacer las cosas mal no parece un buen trato. Pero es una consideración que se suele hacer y que dejo aquí plasmada.La entrada Klipper ya era un básico, ahora es un imprescindible: (re)descubre el gestor de portapapeles de Plasma es original de MuyLinux