Ingenieros, un rol clave en la transición energética de Colombia: ¿cuál es su relevancia?

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El papel de los ingenieros en la transición energética. Foto: PixabayEl sector de energía e hidrocarburos viene atravesando una crisis por cuenta de la incertidumbre y la disminución de la autosuficiencia. En un contexto en el que se busca dar paso a una transición energética organizada hacia fuentes más renovables, se hace cada vez más necesario contar con una hoja de ruta que le permita garantizar su soberanía en esta materia. Arturo Cárdenas, presidente Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem), conversó con Valora Analitik sobre cuáles son las claves para alcanzar ese objetivo, integrando la tecnología y la rigurosidad técnica. En el contexto del futuro energético del país, ¿qué papel juegan los ingenieros?Los ingenieros son actores centrales en el diseño, operación, innovación y supervisión de todo el sistema energético, son la base para convertir los objetivos de política pública en soluciones técnicas viables; garantizar la confiabilidad de la infraestructura; fortalecer la seguridad industrial y desarrollar tecnologías que hagan posible la transición energética del país en las próximas décadas. Además, su rol ético y profesional es crucial para balancear eficiencia, sostenibilidad y crecimiento económico. Los ingenieros son los responsables de materializar el futuro energético del país con rigor científico y visión estratégica del país.¿Cuál es la radiografía del sector energético en la actualidad?El sector energético colombiano atraviesa un momento de transformación acelerada y a lo largo de los últimos meses ha vivido momentos de incertidumbre por los riesgos de un posible racionamiento de energía ante la falta de nueva oferta.De otra parte, los hidrocarburos siguen siendo el pilar de abastecimiento y de ingresos fiscales del país, pero hay avances significativos en energías renovables no convencionales; en digitalización de las redes de energía; modernización de infraestructura y programas orientados a las comunidades energéticas.Sin embargo, persisten desafíos importantes: incertidumbre regulatoria; necesidad de expansión de la red eléctrica; mejoras en la confiabilidad de los sistemas de transporte; brechas en talento especializado y la urgencia de una planificación energética de largo plazo, coherente y estable en el marco de un Plan Energético Nacional (PEN).Colombia tiene un alto potencial en materia energética, ¿cómo se puede aprovechar sin generar un alto impacto ambiental?La clave está en tres pilares.Primero, la tecnología y el monitoreo avanzado. Aquí se incluye el aplicar herramientas como modelamiento digital, sensores inteligentes, sistemas de integridad y soluciones como Midstream para minimizar riesgos y emisiones.Segundo, la planeación territorial y social responsable, con proyectos energéticos que se desarrollen con participación comunitaria, enfoque de derechos y gestión ambiental rigurosa.Y finalmente, la diversificación de fuentes. Es clave aprovechar el potencial en solar, eólica, geotermia, hidrógeno y biomasa, complementándolos con una operación eficiente y responsable de hidrocarburos mientras dure la transición.Destacado: Canacol pide a corte canadiense reestructurar operaciones y evalúa desliste de accionesEn el marco de la transición energética, ¿cuál es la clave para construir una hoja de ruta más sostenible?Se requiere coherencia y continuidad; una hoja de ruta sostenible que se integre a la política económica, social y ambiental del país, con metas realistas, mecanismos de financiación, fortalecimiento institucional y claridad regulatoria. También se debe basar en datos técnicos verificables, incorporar innovación local y garantizar la capacitación permanente del talento nacional. La sostenibilidad no se logra solo con metas; se logra con gobernanza, ciencia, inversión y transparencia.¿Cuál es la regulación que debería implementarse en el sector?La regulación debería orientarse en dar estabilidad jurídica a largo plazo para la inversión en distintos sectores como los hidrocarburos; energías renovables; hidrógeno y almacenamiento de energía, entre otros.Ahí también debe sumarse el modernizar los estándares técnicos de redes eléctricas y de transporte de hidrocarburos para facilitar tecnologías digitales, automatización e Inteligencia Artificial (IA), así como actualizar las normas ambientales para que estén alineadas con las mejores prácticas internacionales y se implementen con eficiencia.Además, es importante incentivar la innovación, incluyendo marcos claros para pilotos de nuevas tecnologías, integración de sistemas híbridos, gestión de datos energéticos y ciberseguridad industrial.Destacado: SunCompany evoluciona a holding internacional para impulsar energía renovable en la regiónCarlos Arturo Cárdenas. Presidente Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem). Foto: cortesía Aciem¿Qué tipo de tecnología puede incorporar el país para garantizar su soberanía energética?Colombia puede avanzar significativamente mediante la digitalización y analítica avanzada para operación y predicción en redes y ductos; el Midstream y gemelos digitales para infraestructura crítica; el almacenamiento energético (baterías, hidrógeno y bombeo hidráulico) para asegurar confiabilidad y la automatización y control inteligente de redes para integrar renovables y reducir pérdidas.Por esa misma línea, es importante destacar, además, la necesidad de incorporar tecnologías de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS) para reducir la huella ambiental de la industria de hidrocarburos, y ciberseguridad industrial de última generación para proteger activos estratégicos.Desde el punto de vista de la agremiación, ¿cuáles son esas otras fuentes de generación en las que ven potencial?Además de solar y eólica, observamos oportunidades importantes en geotermia, especialmente para zonas volcánicas y proyectos de base firme; biomasa y biogás, aprovechando residuos agrícolas e industriales; hidrógeno verde y azul, como alternativa para transporte, industria pesada y exportación; energía mareomotriz y undimotriz, en fase exploratoria para el Caribe; pequeñas centrales hidroeléctricas modernizadas, con bajo impacto ambiental, y energía nuclear a pequeña escala.