La luz más tenue puede contar historias enormes. ALMA detectó la emisión de polvo de una galaxia tan lejana que su señal tardó más de 13.000 millones de años en llegar. Y ese brillo frío reveló algo insólito: MACS0416 Y1 estaba creando estrellas a un ritmo 180 veces superior al de la Vía Láctea. Un estallido que reescribe el origen de las primeras galaxias.