Bajo la superficie de la piscina monumental de Bahçeli, en el corazón de Capadocia, no había ingeniería ni abastecimiento urbano. Había culto. Tras nuevas excavaciones, los arqueólogos turcos han confirmado que este enorme estanque romano era un santuario de curación dedicado a Asclepio, un lugar donde peregrinos buscaban alivio mediante rituales, baños sagrados y sueños sanadores.