Muere Ana María Bohórquez Escribano, la dama del toro y del caballo en Jerez

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En la tranquilidad de su hogar, a los 90 años, ha fallecido este lunes Ana María Bohórquez Escribano , una figura que hizo del toro bravo, del caballo y del campo andaluz un modo de vida, y que supo transmitir su pasión y conocimiento a las siguientes generaciones. Su nombre está ligado a una de las familias más influyentes del sur de España en el mundo ganadero: madre del reconocido Santiago Domecq y hermana del rejoneador Fermín Bohórquez , Poti Bohórquez formaba parte de un linaje que ha marcado la historia del toro y del caballo andaluz. Hija de Soledad Escribano Aguirre y de Fermín Bohórquez Gómez , fundador de la célebre ganadería de caballos de Pura Raza Española, Ana María creció rodeada de caballos y toros, en un ambiente que configuró su carácter y su pasión. Desde joven comprendió la importancia de preservar la tradición y la excelencia del campo , al mismo tiempo que se abría paso con firmeza en un entorno muy ligado a hombres y a costumbres centenarias. En 1966 fundó su propia ganadería de bravo con el hierro 'Ana María Bohórquez' , cuyas reses pastan en la finca El Corchadillo . Bajo su dirección, la vacada alcanzó reconocimiento en plazas importantes, con hitos como la lidia del toro 'Novelero' en San Isidro de 2006, que quedó en la memoria gracias a la faena de El Juli . Poti supo mantener un estilo propio, defendiendo siempre la seriedad y la bravura del toro andaluz, y cuidando con esmero la selección de su ganado, fruto de décadas de dedicación y conocimiento profundo del campo. Su influencia no se limitó al toro bravo. Ana María Bohórquez Escribano destacó también en el mundo del enganche, un ámbito tradicionalmente masculino, donde participó con elegancia y destreza en concursos y exhibiciones como cochera amateur. Su figura fue reconocida oficialmente en 2010, cuando el Ayuntamiento de Jerez le otorgó el Premio Caballo de Oro , uno de los galardones más prestigiosos del ámbito ecuestre andaluz, en reconocimiento a su trayectoria y a su contribución a la difusión de la cultura del caballo. Perteneciente a una generación que vio la transición de la ganadería tradicional a una más profesionalizada y mediática, Ana María siempre destacó por su discreción, su firmeza y su visión empresarial. Supo conjugar la gestión con el respeto profundo a los fundamentos culturales del toro y del caballo, y mantuvo un compromiso constante con las actividades sociales de su ciudad , siendo una presencia respetada en el tejido cultural y asociativo de Jerez de la Frontera. En el plano familiar, su papel fue decisivo. La ganadería de Santiago Domecq, hoy una de las más reconocidas del panorama taurino, refleja directamente los valores transmitidos por su madre: la exigencia, el compromiso con el campo y la fidelidad a un tipo de toro . Su influencia se percibía más en las decisiones y la forma de hacer que en las palabras, y su ejemplo sigue presente en cada generación que continúa trabajando la tierra y el ganado bravo. Con su fallecimiento se cierra una etapa importante para la ganadería andaluza, especialmente en Jerez, donde su figura representa la consolidación de un modelo de mujer ganadera, aficionada, emprendedora y profundamente vinculada al territorio . El funeral tendrá lugar este martes 18 de noviembre, a las 13:00 horas, en la iglesia de San Mateo . Será un adiós sereno, como fue su vida, pero cargado de significado para quienes saben que en el campo, como en la vida, el legado no se hereda: se construye.