La frustración no es un enemigo; es una herramienta fundamental para el aprendizaje. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los alumnos que desarrollan resiliencia ante los errores tienden a obtener mejores resultados académicos y a afrontar con más seguridad desafíos futuros. En España, diversos informes educativos también apuntan que la gestión emocional entre ellas la capacidad de afrontar la frustración es clave para una educación integral.Seguir leyendo....