El Señor del Huerto de Córdoba evoca el gozo del Domingo de Ramos en la culminación del cincuentenario

Wait 5 sec.

¿Domingo de Ramos o un sábado de septiembre ? La mente dudaba presenciando la culminación del cincuentenario refundacional de la cofradía del Huerto mientras se perdía admirando el expresivo rostro y las manos del Señor en el Huerto de los Olivos ante el cáliz amargo. El paso de misterio del Huerto irrumpió en el Patio de los Naranjos en la procesión que lo llevó de nuevo a su templo, tras una fructífera Misión evangelizadora en el Sector Sur. Forma y fondo, continente y contenido se entretejieron en la celebración extraordinaria. La belleza y la hermosura de este sábado fueron plenas porque llevaron con ellas el poso del contenido espiritual de lo vivido, muchos besos, oraciones y visitas, el eco de la risa de los niños, del arrojo de lo jóvenes y la madurez del enfermo y el anciano, del mensaje cristiano. Recordar el medio siglo de la refundación del Huerto ha supuesto, con la Misión evangelizadora en el Sector Sur, llenar la procesión de vivencias en torno al Señor del Huerto. Con todos esos instantes en la parroquia de San Ignacio de Loyola y del vía crucis misional por las calles hasta la parroquia de la Sagrada Familia aún frescos, la cofradía anotó una nueva jornada más exultante, la del regreso de su titular entre la Catedral, tras la misa estacional , a San Francisco. El Señor, ataviado con la túnica morada de bordados antiguos y el mantolín rojo, se adentró en las calles de la Judería para buscar la basílica de San Pedro y allí entrar a venerar los hermanos las reliquias de los Santos Mártires , cuando se cumple el 450 aniversario de su hallazgo. Un extenso cortejo de hermanos vivió un abanico de emociones entre los que no faltó la felicidad y la memoria, y entre ellos los antiguos hermanos mayores. Desde un lugar privilegiado en el cielo de Córdoba, sin duda, estarían viéndolo con el alma el recordado cofrade Manuel Muñoz , uno de los refundadores, y Rafael Sáez , capataz de la cuadrilla de faeneros que se retiró precisamente allí. Las citas fuera de lo ordinario suponen la ocasión de recordar al presente y al ausente porque cinco décadas dan mucho de sí en lo humano y lo cofrade. En el capítulo sonoro los músicos de la Agrupación Nuestro Padre Jesús de la Redención de Córdoba, que llevan tres décadas acompañándole, desgranaron un repertorio que, por dulce, armonioso y elegante, transportó al público a lo que de sublime tiene la Semana Santa. El Patio de los Naranjos quedó en absoluto silencio de expectación cuando el Señor estaba para atravesar la Puerta de las Palmas. 'La Saeta' y 'Oración', esta segunda un himno para su hermandad y obra muy querida por todos, recibieron al Señor. La emoción de la jornada anterior seguía latente entre los músicos porque un grupo de ellos fueron portadores de su parihuela en el traslado entre la parroquia de la Sagrada Familia a la Catedral, el viernes en el tramo desde Bajada del Puente hacia Arco del Triunfo. «¡Suerte, suerte, suerte !», comentaba en voz alta una turista madrileña eufórica e incrédula por toparse con un trozo de Semana Santa a final de verano en Córdoba. Suerte, suerte, suerte la de los cordobeses por vivir en la ciudad de la Mezquita. Al atravesar por las calles Lucano y Lineros el cortejo de hermanos y el Señor pasaron cerca de la desaparecida parroquia San Nicolás y San Eulogio de la Ajerquía, donde se fundó la hermandad en el siglo XVII, por lo que el pasado y el presente se hicieron uno. Este día de regerso triunfal regaló ver al paso de interminable perfil por lugares poco transitados por esta cofradía y por todas en general, como la plaza de las Cañas y la zona más baja de Maese Luis. No compareció por la calle de la Feria, donde tan fotografiado es siempre y alguno echó de menos admirarlo allí e inmortalizarlo entre naranjos, pero en septiembre las ramas no están cuajadas de azahar como en Semana Santa. La Misión evangelizadora del Huerto por el aniversario fundacional se fundió con la vivencia del Año Jubilar de la Esperanza y la tercera Misión Diocesana. El cincuentenario ha tenido hitos como éste, pero no sólo. La procesión extraordinaria de la Candelaria con el palio completamente terminado en febrero, el altar del Corpus Christi con la Virgen del Amparo. La vida se va mientras se entrelazan espléndidas tardes noches como ésta.