A inicios de 2015, durante el sprint final de los premios Goya, ceremonia en la que La isla mínima ganó diez trofeos, su director, Alberto Rodríguez (Sevilla, 54 años), pasó muchos días en Madrid. Hizo toda la promoción y la campaña que le mandaron, pero quienes le conocen señalaban que su cabeza estaba en Sevilla, atento a sus hijos y a sus posibles barrabasadas. La anécdota ejemplifica el cuidado del cineasta por su gente y su equipo, al que ha permanecido fiel película tras película, serie tras serie. Y ese desarrollo profesional ha estallado en este festival de San Sebastián, donde presentó ayer sábado en la competición la película Los Tigres y el viernes que viene estrena la serie Anatomía de un instante. Es el primer director que afronta tamaño doblete en el Zinemaldia (también suya fue la primera serie programada en el certamen, La peste), resaltando una vez más el talento de Rodríguez. Él, tímido, solo apunta: “Voy, como siempre, encantado de la vida a San Sebastián. Particularmente creo que vamos con una buena película y una serie muy interesante. Eso es lo que voy a tratar de disfrutar”. Seguir leyendo