Guardaba la ropa interior de sus víctimas menores de edad: esta es la condena a un entrenador de fútbol femenino de Huelva

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El Juzgado de Instrucción número 3 de Huelva ha condenado al entrenador de fútbol femenino Francisco Manuel López Azañeira, de 65 años de edad, a casi 63 años de prisión por delitos de agresión sexual y abuso continuado a menores de dieciséis años. Este sujeto llevaba 30 años en el Club de Fútbol Femenino Amigos 80 de Huelva y era técnico deportivo en el campus del Carmen de la Universidad de Huelva.Aunque la suma de las penas supera los sesenta años, la legislación española establece un límite de cumplimiento. El Código Penal fija un máximo de cumplimiento efectivo conocido como límite máximo legal de penas privativas de libertad, lo que reducirá de forma significativa la estancia del condenado en prisión.Un pacto para evitar la revictimizaciónLa sentencia recoge que el acusado cumplirá finalmente cinco años y tres meses de cárcel, pese a la gravedad y reiteración de los delitos. La razón está en que no se ha celebrado juicio, ya que López Azañeira alcanzó un acuerdo con el Ministerio Fiscal y las acusaciones, en el que se declaró culpable de todos los cargos.[articles:288991]Fuentes judiciales explicaron que este pacto buscó principalmente proteger a las víctimas, evitando su comparecencia en un proceso público. El objetivo era evitar la revictimización de las menores, protegiéndolas del impacto emocional que supondría tener que declarar en sede judicial y revivir los hechos.El caso se remonta a enero de 2023, cuando una de las jóvenes afectadas sufrió una crisis de ansiedad tras recibir más de 30 llamadas de su entrenador durante una misma noche. La víctima fue ingresada en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, lo que desencadenó la investigación policial que acabaría con la detención del técnico.Durante el registro, los agentes hallaron pruebas incriminatorias de gran peso. La Policía encontró un vídeo grabado a una de las chicas mientras orinaba entre dos coches sin ropa interior. Al abrir la taquilla de su despacho en el campus deportivo de la Universidad de Huelva, los investigadores de la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y la Mujer) descubrieron que el condenado guardaba ropa íntima de varias víctimas, en un patrón descrito como propio de “un psicópata de manual”.