Caras conocidas en el 25 cumpleaños de La Guarida del Ángel: un cuarto de siglo de música en directo

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Un cuarto de siglo no se cumple todos los días, y mucho menos en el mundo de la cultura y la música. La Guarida del Ángel, sala emblemática situada en el barrio de San Miguel, en Jerez, ha soplado las velas de su 25º aniversario. Amigos, artistas y rostros muy conocidos de la escena local se han reunido en este rincón para celebrarlo.El lebrijano Manuel Martínez, comunicador y empresario de La Manuela, no quiso faltar a la cita y compartió la celebración junto a compañeros de vida y de profesión. En el encuentro se pudieron ver figuras tan queridas como Juan Parra, Angelita Gómez o Juana la del Pipa.En sus redes sociales, ha dedicado unas palabras a Mario González, gerente y uno de los fundadores. “Estas fotos están cargadas de Jerez, y todo gracias a mi amigo Mario, que lleva 25 años luchando como empresario y haciéndolo diferente desde la Guarida del Ángel. Qué difícil es hacer lo que haces, qué fácil es tenerte como amigo. Por 25 años más”, escribió Martínez, reflejando el espíritu de la velada.Un referente cultural en JerezY es que la historia de este espacio es también la historia de la ciudad. Ubicada en una casa palacio del siglo XVI, sus muros han sido testigos de siglos de vida: fue sinagoga, convento, orfanato y, desde mediados del siglo pasado, parte del mundo hostelero. Hoy, con un patio de columnas y arcos mozárabes que enamoran, se ha convertido en un referente cultural donde conviven los conciertos de rock con los espectáculos de flamenco, jazz, blues, soul o pop.En pleno barrio de San Miguel, uno de los más flamencos de Jerez, La Guarida del Ángel ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Veinticinco años después, sigue siendo un lugar con alma, identidad y pasión, un espacio donde arte, cultura y música se dan la mano para mantener viva la tradición de una ciudad marcada por su duende.La celebración de este aniversario no es solo un homenaje a la sala, sino también a quienes han apostado por mantenerla en pie, demostrando que en Jerez todavía hay rincones mágicos donde todo puede ocurrir.