Un soltero la lía en 'First Dates' por un controvertido gesto hacia Carlos Sobera: «No me denuncies»

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Wika Baret (30) es un artista de cabaret que vive entre Madrid y Berlín y se define como 'punki', entendiendo el concepto como «bastante antisistema». Y así lo demostró durante su paso por 'First Dates' , donde no pasó desapercibido en ningún sentido. «Qué look más impresionante», comentaba Carlos Sobera nada más verlo. «Estoy admirándote porque llevas una vestimenta peculiar», añadió el presentador, un tanto perplejo. 'Peculiar' era una forma sutil de describir el atuendo del comensal. Iba ataviado con un corsé, un tanga que no dejaba nada a la imaginación, y unas plataformas imposibles. Más tarde explicaría que así se viste para sus 'shows' de 'cabaret crítico', con los que intenta que el público se haga preguntas. Tampoco pasó indiferente el gesto que, sin pensar, tuvo con Sobera a modo de saludo. Le plantó un pico, aunque al momento se arrepintió, consciente de que se había tomado demasiados atrevimientos. «No me denuncies», le pidió. El implicado no le dio más importancia. Sin embargo, no sería el único gesto inapropiado de Wika con el Cupido de 'First Dates' en el rato que estuvieron charlando en la barra. Ni corto ni perezoso, le hizo una pregunta de bastante mal gusto sin venir a cuento. «¿A ti te gustan que te metan el dedito en el culo? Toda España se lo pregunta», espetó. El vasco, con cara de póker, hizo caso omiso a la impertinencia y salió del paso afirmando que «lo que no me gusta es que me lo metan en el ojo. Seguidamente, el soltero se subió en la barra postulándose para la animación del restaurante. Cuando el maestro de ceremonias del 'dating show' le paró los pies para hablar de la cita, asumió que se había pasado de la raya otra vez, y así lo confesó en los totales. «Se me ha ido la olla». En cuanto al amor, el artista explicó que lo vive de forma poliamorosa. Actualmente mantiene «un vínculo sexo afectivo romántico» con una mujer. Además, buscaba una persona «buena que no juzgue y que se trabaje la personalidad». Su cita fue C apitano Barbaconyo (34), también artista, que volvió a por segunda vez al restaurante del amor desde Barcelona, en esta ocasión con una relación poliamorosa. También con bastante más éxito. Eran tan complementarios que sus mundos se fusionaron esa noche. Dos personas con tanto que compartir que una sola velada se les quedó corta.