Los retrovirus endógenos humanos (HERV) representan una porción sorprendente de nuestro ADN. Insertados durante infecciones ocurridas hace millones de años, estos fragmentos han dejado huellas que hoy se investigan con detalle. Un equipo internacional logró recrear parte del virus HERV-K, lo que permite estudiar tanto su impacto evolutivo como su relación con cánceres y trastornos autoinmunes.