En el cuarto aniversario de su muerte, amigos y admiradores del poeta Aquilino Duque se han dado cita en la tarde de este jueves en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Una cita que lejos de ser triste y melancólica se ha caracterizado por celebrar la vida del autor a través de algunos de sus mejores trabajos, porque como ha declarado Lutgardo García « Aquilino ante todo era poeta; la poesía era su destino ». El arranque del encuentro ha estado a cargo de Jacobo Cortines , quien desde las décadas de amistad que le unían al homenajeado ha ofrecido a la abarrotada sala de la academia la ' Historia lírica de una vida dichosa '. Un repaso por la vida de su amigo, que como ha explicado a los presentes «no es cosa suya», se debe a la dedicatoria que Aquilino Duque le hizo en su 'Poesía Incompleta'; la recopilación de todos los libros de poesía del escritor, ensayista y poeta. Mucho antes de conocerse, como ha explicado Cortines, ya sabía quien era el poeta «de oída» y fue gracias a un compañero de universidad que lo conoció al principio de la década de los sesenta. Este amigo, era según ha explicado el poeta, «el sobrino de Campuzano, pintoresco personaje que desfila por el divertidísimo fresco de ' Mano en Candela '», novela publicada en 2002, de la que Jacobo Cortines ha resaltado que «más que una novela al uso, se trata de un nuevo tomo de sus memorias que enriquece su amplia obra memoralística tan difícil de separar de lo puramente artificio». También ha destacado de Aquilino Duque su faceta cosmopolita, un hombre que tras licenciarse en derecho en 1956 amplió sus estudios en Cambridge, Dallas y posteriormente trabajó como funcionario de Naciones Unidas viajando por Ginebra, Nueva York o Roma, entre otros destinos. Ya en 1958 había publicado ' La calle de la luna' y 'El campo de la verdad' . En José Luis Tejada «encontró un amigo y cómplice en sus aventuras poéticas», ha relatado el escritor. En 'Memoria, ficción y poesía' obra publicada en 2018, Aquilino Duque dedica un capítulo a Tejada bajo el título de 'Una antología secreta' donde responde a las preguntas que la esposa del poeta gaditano le hace décadas antes sobre los versos de su marido. El poeta, consideraba según ha apuntado su amigo al que propio Aquilino le hizo numerario de la Academia en la se ha celebrado su legado, que consideraba que tanto él como Tejada no figuraba en el cuadro de honor de su generación pues no fueron capaces de insertarse en el óculo generacional. «La poesía no es un género sino un don», declaró Aquilino Duque, algo que a ojos de Jacobo Cortines «cobra sentido al contemplar su placer poético dentro de la normalidad de su complejísima obra ». Esta se expande por todos los géneros, desde narrativa, memorias, artículos y ensayos, traducciones e incluso guías naturales como la que le dedicó a Doñana. El escritor ha compartido una declaración del protagonista de la velada: «Algún que otro lector me reprocha que no haya escrito mis memorias y la verdad sea dicha no creo que haya otra cosa desde que escribo tanto en prosa como en verso. Escribir es poner por escrito la propia vida y el resultado será cuanto más convincente cuando más vida real haya en lo que se pone por escrito. La vida no está hecha sólo de episodios sino de sueños, memorias y deseos; cosas que no existen que cobran existencia en tu relato». Y es que Duque escribió sus memorias taurinas en las de Pepe Luis Vázquez, las flamencas en las de Antonio de Mairena y las políticas en las de Juan de Borbón. También ha recordado su amistad con Joaquín Romero Murube a quien en 'La muerte en Sevilla' reconoce como maestro. Jacobo Cortines ha terminado sus palabras sobre Aquilino Duque recordando el por qué del título de la charla ('Historia lírica de una vida dichosa') dedicatoria de su amigo en 'Poesía Incompleta', de la cual ha hecho referencia añadiendo que la suya no estaría completa sin su amistad. Tras este emotivo y cuidado repaso por la vida del autor otros dos compañeros queridos como son Juan Lamillar y Lutgardo García han regalado a los asistentes la lectura de algunos de los poemas de Duque. El primero en ser recitado ha sido 'Don Giovanni de Hoffmann', el mismo que leyó su autor cuando Lamillar lo vio por primera vez. 'Renovación de Aire de Roma Andaluza', 'Al habla con Miguel Hernández' o 'La vita e bella', son otros de los que los escritores han leído. Los asistentes se han emocionado especialmente con las palabras de Aquilino Duque en 'El último viaje de Antonio Machado' y 'La calle de Sierpes'. Despidieron la jornada con su homenaje a Pepe Luis Vázquez y ' Cachorro por el puente' ; de las poesías más celebradas de su carrera -aunque no por su autor-. «Después de esto no se puede leer nada», ha añadido García antes de poner voz a las líneas que Aquilino Duque dedicaba al crucificado.