El bálsamo del Himalaya, una planta que durante años adornó jardines y parques europeos, ha pasado de ser un símbolo de exotismo a una seria amenaza ambiental. Esto es lo que ha llevado a la Unión Europea a prohibirlaa.Su expansión afecta a ríos, humedales y ecosistemas ribereños de varias regiones de EspañaLa Unión Europea ha prohibido el bálsamo del Himalaya (Impatiens glandulifera), una vistosa planta ornamental originaria de Asia que, tras su introducción en el continente europeo, se ha convertido en una de las especies invasoras más agresivas. Su expansión afecta a ríos, humedales y ecosistemas ribereños de varias regiones de España.De flor exótica a amenaza ambientalIntroducida en Europa en el siglo XIX por su atractivo estético, esta planta puede alcanzar hasta 2,5 metros de altura y crecer con rapidez en terrenos húmedos. Cada ejemplar produce entre 800 y 2.500 semillas por temporada, que se dispersan gracias a un mecanismo explosivo de sus frutos, capaces de lanzarlas a varios metros.Además, sus semillas flotan en el agua, lo que facilita su expansión a lo largo de ríos y arroyos. Lo que fue en su origen una curiosidad botánica de jardín ha acabado transformándose en un grave problema ambiental.¿Cómo impacta en la biodiversidad?El bálsamo del Himalaya desplaza a especies vegetales autóctonas al formar densas colonias que impiden su crecimiento. En algunos estudios europeos se ha comprobado que reduce en un 25% la cobertura de flora nativa en áreas invadidas.Esta planta reduce en un 25% la cobertura de flora nativa en áreas invadidasSu raíz superficial tampoco fija bien el suelo, lo que favorece la erosión en invierno y aumenta el riesgo de inundaciones en riberas. Así, la planta no solo amenaza la biodiversidad, sino también la estabilidad física de los ecosistemas.Reducción de la polinizaciónLa abundante producción de néctar de esta especie, hasta 0,5 mililitros por flor al día, atrae a abejas y abejorros en masa. Sin embargo, este fenómeno tiene consecuencias negativas: los insectos se concentran en el bálsamo y reducen la polinización de plantas autóctonas.Artículo relacionadoUn estudio de la Universidad de Lund afirma que los murciélagos y las polillas podrían salvar más flores que las abejasEn zonas invadidas, se ha detectado una caída de hasta el 60% en las visitas de polinizadores a otras flores nativas, afectando a la regeneración de ecosistemas y a cultivos próximos dependientes de la polinización natural.La “lista negra” europeaEl bálsamo del Himalaya está incluido en la lista de especies exóticas invasoras de preocupación para la Unión Europea. Esto implica la prohibición de su posesión, transporte, comercialización y plantación en todo el territorio comunitario.En España, los focos principales se encuentran en Asturias, Cantabria, País Vasco, Galicia, Navarra y el Pirineo catalán, donde se ha detectado su presencia en ríos como el Sella, el Nervión o el Bidasoa.Los focos principales se encuentran en Asturias, Cantabria, País Vasco, Galicia, Navarra y el Pirineo catalánAunque algunos programas autonómicos han logrado eliminar poblaciones mediante arranque manual y siega antes de la floración, el reto sigue siendo complejo: las semillas pueden permanecer viables en el suelo hasta dos años, lo que exige un control constante.Un reto costosoLa gestión del bálsamo del Himalaya implica un elevado coste económico. En Reino Unido, los programas anuales de control superan el millón de libras. En España no existen aún cálculos oficiales a nivel estatal, pero comunidades autónomas destinan recursos crecientes a su eliminación y seguimiento.Artículo relacionadoLa extinción de los dinosaurios también transformó la Tierra: los bosques florecieron y los ríos se calmaronLa colaboración ciudadana es clave. Muchos particulares aún la cultivan en jardines privados, sin ser conscientes de la prohibición. Las autoridades recomiendan no plantarla y participar en campañas de voluntariado ambiental para su erradicación.En España hay alrededor de 200 especies invasorasCon más de 1.500 especies exóticas introducidas en Europa y alrededor de 200 consideradas invasoras en España, la prevención y la educación ambiental resultan esenciales para evitar que nuevas especies causen impactos similares en los ecosistemas.