Más de un año después de que España reconociera el Estado palestino de la mano de Irlanda y Noruega tras la gira europea del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, otros países como Reino Unido, Australia, Canadá y Portugal han seguido sus mismos pasos y se prevé que este lunes también lo hagan Francia, Bélgica, Malta, Andorra, Luxemburgo y San Marino. Hasta la fecha ninguna de las economías del llamado G7 habían reconocido su estatalidad, pese a que sí lo hacían otros 147 países. Una decisión que no gustó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que aseguró que la solución de dos Estados "no sucederá" y anticipó una respuesta ante una decisión que tachó de "recompensa al terrorismo". Por su parte, tanto Reino Unido como Francia ya han advertido de que responderán ante las posibles represalias anunciadas por el israelí.El reconocimiento del Estado palestino es una decisión simbólica pero de calado político, que coincide con la celebración de la 80ª Asamblea General de la ONU, que tendrá a Palestina como protagonista. De hecho, la semana pasada una comisión independiente de la ONU calificó de genocidio las acciones de Israel en la Franja de Gaza. La comisión, en un informe de 72 páginas, concluyó que el Gobierno de Netanyahu ha cometido cuatro de los cinco actos genocidas definidos en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio: matar; causar daños graves físicos o mentales; infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción de los palestinos en su totalidad o en parte; e imponer medidas para impedir nacimientos. La Asamblea General de la ONU se celebra en Estados Unidos, el gran aliado internacional de Israel. Su presidente, Donald Trump, ha intentado torpedear la celebración de este encuentro con la denegación del visado de entrada al país al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, y a su equipo. Sin embargo, aunque no podrán asistir personalmente, esto no impedirá que puedan participar en este foro. Está previsto que Abás intervenga por videoconferencia, una posibilidad que se aprobó en una votación ad hoc de la propia Asamblea el pasado viernes. Solo cinco países, con Trump y Netanyahu a la cabeza, rechazaron esta intervención. Por su parte, el presidente del Gobierno español también estará en Nueva York para defender que España está "en el lado correcto de la historia" después de que el pasado 12 de septiembre la Asamblea General de la ONU aprobara la conocida como Declaración de Nueva York, que tiene como objetivo "medidas tangibles" y "plazos concretos" para la solución de los dos Estados, un objetivo que volverá a reivindicarse esta semana.En este contexto, y aunque oficialmente el PP está a favor de resolver el conflicto entre Israel y Palestina "por medio de la solución de dos Estados" —así aparece en el programa electoral con el que se presentó a las elecciones generales del 23 de julio—, el PP ha adoptado por una posición tibia, atrapado por las voces que defienden a Israel, entre las que están José María Aznar e Isabel Díaz Ayuso negándose a calificar de genocidio lo que está ocurriendo. "No le compete a la ONU, ni me compete a mí ni le compete al presidente del Gobierno decidir lo que es o no un genocidio. Es un tipo penal que establece la Corte Penal Internacional", argumentó la portavoz parlamentaria del PP, Ester Muñoz, la pasada semana.Cuando Sánchez dio el paso de reconocer el Estado de Palestina, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo calificó de "disparate" porque, a su juicio –que coincide con el de Netanyahu–, ayudaba a "empoderar" a Hamás: "Vamos a empoderar a Hamás, que me parece el mayor disparate, porque el mayor enemigo del pueblo palestino es Hamás. Allá el señor Sánchez y sus decisiones. Yo no las comparto", dijo en una entrevista radiofónica en mayo del pasado año, en la que también afirmó que ese movimiento era "más perjudicial" que "beneficioso" para los palestinos.Ese fue el principal argumento esgrimido también por el ahora número dos del PP, Miguel Tellado, que tachó la decisión del Ejecutivo de "terriblemente irresponsable" e incidió en el carácter "democrático" de Israel: “Hay una utilización clarísima de la causa palestina que en nada beneficia al pueblo palestino. Es una utilización que genera crisis diplomáticas para nuestro país. Ahora con Israel, una democracia amenazada por una organización terrorista”, señaló. También llegó a decir que Sánchez se estaba enfrentando "a un país democrático agredido".Este lunes, sin embargo, el PP no ha podido recurrir a los mismos argumentos, que también pasaban por destacar la "soledad" de Sánchez. La vicesecretaria de Coordinación Sectorial, Alma Ezcurra, aseguró que le parece "muy bien" lo que hagan países como Portugal o Canadá y subrayó que su partido ya defiende el reconocimiento de Palestina desde 2014, cuando el Congreso aprobó una proposición no de ley para instar al Gobierno de Mariano Rajoy a reconocerlo. La dirigente conservadora mostró su "respeto" a "todo intento de propiciar la paz por parte de cualquier Estado", pero recalcó que es una "decisión simbólica" que "no está resultando útil y lo estamos viendo todos. El conflicto no deja de agravarse", zanjó.Sánchez presumió en el arranque del curso político de haber dado ese primer paso. "Nos decían que estábamos solos, pero éramos los primeros", dijo ante el grupo parlamentario socialista. Una iniciativa que España también quiere mostrar en otros ámbitos, como se ha visto tras el visto bueno del Consejo de Administración de RTVE, por diez votos a favor, cuatro en contra y una abstención, de la retirada del país del concurso de Eurovisión si Israel participa en la edición del próximo mes de mayo que se celebrará en Viena tras el triunfo agónico del año pasado de JJ con Wasted love frente a la representante israelí, con el Gobierno de Netanyahu maniobrando por detrás en el televoto internacional. Para el PP, sin embargo, todo es una "cortina de humo" con la que Sánchez trata de desviar la atención de otras cuestiones de índole nacional. Así lo repiten machaconamente los dirigentes de la formación, entre los que también se encuentra el expresidente José María Aznar, que se ha erigido como portavoz oficioso del partido en materia de política exterior, como ocurrió el pasado viernes en el campus de FAES. "Cuando la corrupción gubernamental resulta inocultable, se pretende desviar el foco y llevar la atención publica lejos de la sucesión de escándalos que mantiene cercado al Gobierno. Lo que menos importa a Sánchez es contribuir a la solución de ningún conflicto internacional", afirmó. En ese mismo foro, acompañado por Feijóo, también dijo que "Europa influye menos en el mundo y España menos aún en Europa" y que un gobernante "nunca debería entender la política exterior como una escapatoria de sus problemas internos o un espejo donde ensayar morales". Ahora que otros países siguen la estela de España con el reconocimiento del Estado palestino y sitúan la masacre en Gaza en el primer plano político, los conservadores cambian el paso, lo que evidencia su incomodidad con cualquier asunto que no puedan nacionalizar para atribuir todas las culpas a Sánchez.