Carlos Sainz, segundo en la parrilla de salida del GP de Azerbaiyán , acabó tercero. Es su 28º podio en Fórmula 1 y la primera vez que se sube al cajón vestido con los colores del equipo Williams. Carlos lo festejó como pocas veces. «Es el mejor (podio) de mi carrera», gritó a los cuatro vientos por la radio de su coche apenas había cruzado la meta. Lo que el madrileño no sabía, o quizás sí, es que acababa de entrar en la historia de uno de los deportes más populares y universales. Desde ayer comparte marca con una leyenda, Alain Prost . El tetracampeón del mundo francés y Sainz son los únicos que tras un gran premio han logrado subirse al cajón de los mejores como pilotos de tres escuderías legendarias de la F1: Ferrari, McLaren y Williams . Un éxito así hay que celebrarlo como corresponde, así que antes, durante y después de la entrega de premios, Sainz y Williams acapararon el protagonismo del entusiasmo: « No puedo describir lo contento que estoy , lo bien que se siente. Es mejor que el primer podio de mi carrera. Hemos estado luchando duro todo el año y hoy hemos demostrado que cuando tenemos la velocidad que hemos tenido todo el año y todo sale bien, podemos hacer cosas increíbles juntos». Para el piloto madrileño, el tercer puesto fue mucho más que una alegría deportiva: «Hasta ahora habíamos sufrido incidentes y mala suerte que nos habían impedido convertir el buen ritmo que teníamos en resultados. Ha sido muy duro para mis ingenieros, y para mí a nivel mental, pero ahora entiendo por qué ha sucedido. El primer podio tenía que llegar así. Así es la vida , la vida a veces te trae esos malos momentos para darte un buen momento, y este se siente mucho mejor de lo que podía esperar». «Es una lección de vida: hay que seguir creyendo, hay que confiar en ti mismo, en tu equipo, en la gente de tu alrededor, en tus procedimientos, en todo lo que haces, porque tarde o temprano da sus resultados », concluyó Carlos.