Mientras Europa centra sus miedos en China y su poderío en el ámbito del vehículo eléctrico, algunos países con acceso privilegiado al mercado del Viejo Continente han aprovechado los últimos años para crecer y atraer importantes inversiones. Es el caso, por ejemplo, de Marruecos, que puso una alfombra roja a Stellantis para que comenzara a fabricar allí en 2019. El idilio entre la automovilística y el país norteafricano —que se ha marcado como objetivo alcanzar el millón de coches fabricados al año—, ha cristalizado en una última inversión de 1.200 millones para más que duplicar la capacidad productiva de la planta de Stellantis en Kenitra, por encima del medio millón de unidades anuales en los próximos meses. También fabrica allí el grupo Renault, que desde Marruecos vende a Europa modelos como el Dacia Sandero, el coche más comercializado en España.Seguir leyendo