Las cámaras delatan a seis implicados más en la reyerta de Ribeira (La Coruña)

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La pedida de mano entre Cheíto y Ainhoa terminó en tragedia. Las dos familias se habían reunido el 1 de julio para una comida en el Centro Recreativo de Artes, en Ribeira (La Coruña). Pero un encontronazo entre miembros de los Borja y los Bentos hizo saltar todo por los aires: lo que debía ser una celebración se convirtió en una batalla campal que se trasladó al aparcamiento, donde un tío del novio murió atropellado. A otro familiar de Cheíto solo la fortuna le salvó de morir apuñalado. Días después, la Policía detuvo a seis miembros de cada familia. Pero las investigaciones no se detuvieron ahí. Tras varias semanas analizando imágenes de cámaras de seguridad y vídeos grabados por testigos con sus teléfonos móviles, los agentes han logrado identificar a seis nuevos participantes en la reyerta. Según los atestados a los que ha tenido acceso ABC, estos nuevos implicados —cuatro miembros de los Bentos y dos de los Borja— están siendo investigados por un delito de riña tumultuaria. La familia del novio fue la más perjudicada. Los Bentos, originarios de Santiago de Compostela, se desplazaron hasta Ribeira para asistir al convite, donde estaban en clara inferioridad numérica frente a los Borja, residentes en esta localidad. El fallecido y el herido más grave pertenecían a la familia de Cheíto. Además, los primeros seis detenidos tras la reyerta fueron todos de la familia Bentos. Entre ellos estaba también un hermano del fallecido, a quien la jueza envió a prisión preventiva por considerar que fue el autor involuntario del atropello mortal: al maniobrar marcha atrás con el coche, acabó arrollando a su propio hermano. La familia no supo que el hombre había muerto hasta que regresaron a casa. Una semana después, la Policía Nacional arrestó a seis miembros de la familia de la novia. Entre ellos, se encontraba el supuesto autor del intento de homicidio con un arma blanca, quien casi acaba con la vida de un miembro del clan rival. La jueza también decretó para él prisión preventiva, al igual que para el autor del atropello. En resumen: seis investigados por cada familia y un detenido de cada lado ingresado en prisión provisional. Sin embargo, las investigaciones siguieron su curso. Una vez realizadas las diligencias policiales más urgentes y detenidos «los partícipes más activos en la reyerta» —según recogen literalmente los atestados—, los agentes insistieron en el análisis de todas las grabaciones disponibles . Esas pesquisas han permitido identificar a seis personas más. No obstante, los investigadores son conscientes, como reflejan los informes, de que hay más implicados: «existen más personas involucradas en la riña», pero no todas pudieron ser identificadas «por diversos motivos». En otros casos, aunque se logró identificar a algunos participantes, no se ha podido probar de forma «fehaciente» su grado de implicación en los hechos, por lo que no ha sido posible formular una imputación. Por todo ello, los investigadores dan por cerradas las gestiones de identificación de los involucrados. Por parte de los Borja, la Policía ha identificado a un hombre de 47 años y a un joven de 20. En las imágenes analizadas, según los atestados, se observa cómo el primero golpea y arrincona a un joven de los Bentos que, posteriormente, sería atacado con un cuchillo por otro miembro de la familia rival. Con ese joven ya acorralado, el Borja de 20 años aprovechó, presuntamente, para agredirlo. En otro fotograma se ve a este mismo joven enfrentándose también a Cheíto, el novio de la pedida de mano frustrada. Estos dos miembros de la familia Borja fueron citados por la Policía y acudieron voluntariamente a la comisaría a primera hora del 12 de agosto. Allí fueron detenidos como presuntos autores de un delito de riña tumultuaria. Sin embargo, ninguno quiso declarar ni consintió la toma de muestras de ADN, que servirían para comparar con restos biológicos recogidos en el lugar de los hechos. Por ello, los agentes solicitaron una orden judicial para realizar una extracción forzosa. Finalmente, ambos accedieron a colaborar y no ofrecieron resistencia. Su paso por la comisaría fue breve. Cuatro horas y media después, fueron puestos en libertad, ya que —según consta en el atestado— «los hechos que se les imputan no revisten carácter de gravedad, no tienen requisitorias pendientes y ofrecen fianza bastante de que no van a sustraerse de la acción de la justicia». En todo caso, ambos fueron advertidos de que deberán comparecer ante la jueza cuando sean citados. La Policía adoptó un enfoque distinto con los nuevos investigados de los Bentos. A tres de ellos prefirieron no citarlos en comisaría para evitar que se desplazara un numeroso grupo de familiares a Ribeira, lo que podría desembocar en «un posible nuevo enfrentamiento entre clanes» . Optaron por informarles por teléfono de su condición de investigados por riña tumultuaria, y recordarles su obligación de acudir ante la jueza cuando los cite. A uno de ellos, según la Policía, en las imágenes se le ve dando «varios puñetazos» durante un enfrentamiento con uno de los Borja detenidos. Otro de los Bentos aparece «esgrimiendo un palo o similar», con el que golpea con fuerza a miembros de la familia rival. También se le observa forcejeando con el joven que está en prisión por el apuñalamiento. El tercer investigado, aunque no citado en comisaría, también fue identificado participando activamente en la pelea. El cuarto de los Bentos investigados en esta nueva fase reside fuera de Galicia. En su caso, la Policía sí optó por citarlo en comisaría, ya que está implicado en un hecho considerado de especial gravedad: conducción temeraria . Según los agentes, durante la reyerta arremetió con su coche contra una barra exterior de un bar, arrasando mesas y sillas, y golpeando a un hombre en la pierna. Las cámaras de una gasolinera donde posteriormente repostó permitieron identificarlo. Por eso, además del delito de riña tumultuaria, se le imputa otro contra la seguridad vial (conducción temeraria).