Cuando leo a Manuel Vilas , sé que no voy a morir. Su forma de mirar me hace creer que, aún bajo tierra, podré seguir atravesando las ciudades como él las describe en su más reciente poemario. 'Ciudades en venta' (Visor) recorre distintas capitales, cada una dedicada a una persona –amigos del escritor, agentes literarios, en ocasiones lazarillos o anfitriones–. Un Londres averiado en año nuevo; una isla de San Miguel hecha de sol y cemento alrededor de Ezra Pound; las nubes de oro y muertos del Imperio austrohúngaro en Zagreb o una Florencia empedrada en almendras. «De pie en las pastelerías de Florencia,/ eligiendo con el dedo índice el pastel más hermoso./ De pie en el puente de la... Ver Más