Los tetrápodos, los seres vivos con cuatro extremidades entre los que están los humanos, usan sus patas y manos para relacionarse con el entorno. Con ellas se mueven, persiguen o escapan, se alimentan o pelean por reproducirse. En los mamíferos, reptiles, aves y en mucha menor medida los anfibios, sus extremos tienen estructuras ricas en queratina. Toman la forma final de garras, pezuñas o uñas. Se daba por hecho que los roedores tienen de las primeras. Pero no, un amplio estudio publicado en Science muestra que eso solo es cierto para cuatro de sus dedos. En el quinto, el pulgar, la mayoría tienen uña muy parecida a las humanas. Para los autores, ese dedo gordo diferente les ayudó a conquistar el planeta.Seguir leyendo