En La Revuelta siempre hay espacio para la ocurrencia, el humor y esos momentos que terminan compartiéndose en redes al día siguiente. Esta semana le tocó a Jorge Ponce, que se arrancó con un discurso dedicado a Andalucía que no dejó indiferente a nadie. Y claro, siendo malagueño y compartiendo raíces andaluzas con David Broncano , no podía empezar esa conquista de audiencias por otro sitio que no fuera la tierra de ambos. El programa ya había adelantado en redes su intención de «tender puentes con las comunidades autónomas» esta temporada, y Ponce lo llevó al plató con mucho arte. Con un tono entre poético y cómico, empezó a soltar frases cargadas de guiños a Andalucía. Que si «Andalucía tiene luz», que si «Andalucía tiene memoria», que «ríe fuerte y calla taranta» o que en verano «se acuesta a las tantas». Con estas frases y con un acento andaluz marcado a propósito, fue construyendo una especie de declaración de amor a su tierra. Al final, Ponce, lanzó una frase con la que remató el discurso con bastante arte: «Si se acaba Andalucía, que me acabe yo también» . Se trata de una especie de juego con el que el programa está buscando nuevas formas de conectar con el público, ya que con el comienzo de esta segunda temporada en Televisión Española , se espera que el programa vuelva a rivalizar por el share de las noches de entre semana con 'El Hormiguero' . Ahora bien, esa dedicatoria tan sentida a Andalucía no tardó en levantar otra broma días más tarde para captar más audiencia. De hecho, en un programa posterior, Ponce señaló que centrarse en una comunidad podía crear «desigualdades» , y mencionó a Navarra. Según contaron ambos con un tono bastante cómico, en tierras navarras el programa suele tener buenos números de audiencia, pero después del discurso andaluz por lo visto habían bajado. Y ahí volvió a entrar Ponce, improvisando una segunda arenga con mucha gracia , pero esta vez dedicada a los navarros. Con la misma música flamenca que usó para el discurso de Andalucía (que desató las risas del público) se volvió a dirigir a la cámara para dedicarle unas palabras al pueblo navarro. Describió a Navarra como «el norte soñado», habló de «sus callejuelas», de los Pirineos, del Cantábrico, del Ebro, e incluso acabó sacando a relucir los pimientos del piquillo. Para rematar, soltó un «Navarra dice ole, Navarra dice arsa» que también arrancó las risas del público. Y es que lo cierto es que este tipo de gestos funcionan bien en televisión porque mezclan cercanía y risas, además de conectar con la audiencia. Tratándose de 'La Revuelta' nadie esperaría un discurso serio, sino simplemente un guiño, una manera cómica de decir «nos importáis» al público andaluz... y también al navarro.