Los incendios forestales en Europa durante 2025 (hasta el 15 de septiembre) han liberado 12,9 megatoneladas de carbono, por encima del anterior total anual más alto de 11,4 megatoneladas de carbono, registrado en 2003 y 2017La península ibérica registra en 2025 uno de los peores años en cuanto a incendios forestales. MITECO Los meses de verano (junio-julio-agosto) de 2025 estuvieron marcados por una intensa actividad de incendios forestales sobre Europa. En especial, la península ibérica sufrió incendios forestales extremos en el mes de agosto. Según el análisis del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS), el total anual de emisiones de carbono estimadas en la Unión Europea y el Reino Unido es, desde finales de agosto y con la temporada de incendios aún activa, el más alto para cualquier año del conjunto de datos del CAMS, que abarca los últimos 23 años. Emisiones totales anuales de carbono de los incendios forestales en la Unión Europea y el Reino Unido hasta el 15 de septiembre. En España (amarillo) y Portugal (naranja) se registró la gran mayoría de las emisiones en 2025 debido a los incendios forestales extremos de agosto. Datos del Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS) del CAMS. Crédito: CAMS/CEPMPM).Además de los incendios forestales, que incluyeron el desplazamiento de humo a gran distancia desde Canadá, la contaminación por ozono y las intrusiones de polvo sahariano contribuyeron a un verano muy ajetreado en lo que respecta a la vigilancia de la contaminación atmosférica. El CAMS ha preparado una animación que muestra la actividad de los aerosoles a lo largo del verano.Según la información del conjunto de datos del Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS), los incendios forestales en Europa durante 2025 (hasta el 15 de septiembre) han liberado 12,9 megatoneladas de carbono, por encima del anterior total anual más alto de 11,4 megatoneladas de carbono, registrado en 2003 y 2017.Temporada de incendios forestales extremos en EuropaLos principales responsables del significativo aumento de las emisiones de los incendios forestales en Europa fueron los incendios que se desataron en la península ibérica a mediados de agosto. Las emisiones totales en la región, que habían estado por debajo de la media hasta principios de agosto, cambiaron drásticamente en solo una semana, pasando las emisiones de los incendios de España y Portugal a representar alrededor de tres cuartas partes del total europeo.Turquía, Chipre y algunos países balcánicos sufrieron importantes incendios a principios de la temporada. La actividad de los incendios forestales persistió a medida que avanzaba el verano y, como consecuencia, el sureste de Europa sufrió una de las temporadas de incendios forestales más activas de los últimos años, debido, principalmente, a una serie de incendios en los Balcanes durante el mes de julio.Laurence Rouil, directora del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, señaló: «A lo largo del verano varias regiones de Europa experimentaron una actividad muy intensa de incendios forestales, sobre todo en el sur del continente. Las emisiones resultantes de estos incendios forestales han sido las mayores registradas en un verano en al menos los últimos 23 años. Dado el riesgo potencial que estas emisiones suponen para la calidad del aire a escala local y transfronteriza en términos de exposición a partículas finas y otros contaminantes, es fundamental seguir vigilando estos fenómenos a escala mundial y utilizar los datos resultantes para desarrollar mejores estrategias de mitigación y adaptación».Polvo sahariano y altas concentraciones de ozonoLos incendios forestales canadienses siguieron ardiendo con intensidad hasta principios de septiembre, lo que provocó la segunda mayor emisión anual de gases, solo superada por la de los incendios de 2023. La principal actividad de incendios se observó en la Columbia Británica, el Territorio del Yukón y los Territorios del Noroeste, y no en las provincias de las praderas de Saskatchewan, Manitoba y Ontario, como en meses anteriores. A principios de agosto se observó cómo grandes penachos de humo procedentes de estos incendios cruzaban el Atlántico y alcanzaban las zonas occidentales de Europa.Animación que muestra la profundidad óptica de aerosoles de materia orgánica (se indica el humo de incendios forestales en rosa-magenta) y polvo (en amarillo-naranja) entre el 1 y el 31 de agosto de 2025. El mes comenzó con un gran desplazamiento de polvo sahariano a través del Atlántico que alcanzó el Caribe y Centroamérica, así como un enorme penacho de humo procedente de los incendios forestales canadienses que atravesó Europa. A mediados de mes, son claramente visibles las intensas concentraciones de humo procedentes de los incendios forestales extremos de Portugal y España. Crédito: CAMS/CEPMPM.En el verano de 2025 también se produjeron episodios de desplazamiento de polvo sahariano inusualmente frecuentes e intensos, tanto a través del Mediterráneo hacia el sur de Europa como a través del Atlántico hacia el continente americano, con importantes intrusiones de polvo cada mes.Otro peligro para la calidad del aire típico del verano y que a menudo se pasa por alto es la contaminación por ozono, que estuvo muy presente en un contexto de frecuentes olas de calor. Las altas temperaturas, sumadas a los elevados niveles de radiación solar, provocan un aumento de las concentraciones de ozono en superficie, lo que afecta a la calidad del aire y, por tanto, a la salud humana. Las olas de calor registradas en Europa durante el verano de 2025 aumentaron las concentraciones de ozono por encima de los niveles reglamentarios en la mayor parte del continente. Se observaron bastante pronto en la temporada, en junio, altas concentraciones de ozono y otros máximos coincidieron con las importantes olas de calor de mediados de junio, principios de julio y principios de agosto.