Mejorar la instalación eléctrica del Ateneo madrileño y proteger en especial su biblioteca contra las humedades son dos de los objetivos de la ayuda de 260.000 euros que va a dar el Gobierno madrileño a esta institución, gracias a un convenio firmado entre ambos para los años 2025 y 2026. Las obras tendrán como fin la mejora del edificio del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, así como la preservación de los fondos de su biblioteca, una de las más bellas que existen en la capital. Con este objetivo, el consejo de Gobierno regional aprobó esta semana la firma del convenio entre ambas entidades. El edificio del Ateneo fue construido a finales del siglo XIX. A lo largo de este año se realizarán trabajos de ajustes de las instalaciones de electricidad y protección contra incendios, para adaptarlas a la normativa vigente y garantizar la salvaguarda del patrimonio. Más concretamente, se sustituirá el sistema de extinción por otro de agua nebulizada, con detección de humos por aspiración y sistema de sirena con señal por voz integrada. Del mismo modo, se retirarán todos los elementos de la antigua instalación que supongan impactos negativos. En concreto, para el año 2026, la intervención se centrará en la propia biblioteca, fundamentalmente en su protección exterior contra las humedades. El Ateneo de Madrid, fundado en 1820, tiene su origen en las tertulias heredadas del periodo ilustrado que necesitaban de un lugar donde constituirse y proyectar las ideas de modernidad asociadas a relevantes figuras del pensamiento español de la época. El edificio en el que se encuentra se construyó entre 1881 y 1884, ampliándose posteriormente a la calle Santa Catalina 10 y a la calle Prado 19. Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento histórico artístico, desde 1992, por constituir parte esencial de la historia del edificio la escalera de acceso de estilo francés con balaustrada de hierro, la biblioteca y su importante depósito de libros, las salas de lectura y de tertulias, la galería de retratos y el salón de actos. El valor arquitectónico e histórico del edificio forma parte de la riqueza colectiva y constituye un elemento de la identidad cultural de los madrileños, que según señalan las autoridades regionales, «ha de ser adecuadamente preservado y mantenido para garantizar su uso en condiciones de seguridad y su legado a futuras generaciones».