Declararse en insolvencia en Colombia: ¿qué pasa con las deudas y cómo funciona el proceso? Foto: tomada de FreepikEn los últimos años, cada vez más colombianos se han visto obligados a recurrir a la ley de insolvencia como una herramienta para enfrentar el sobreendeudamiento. El encarecimiento del costo de vida, las altas tasas de interés durante gran parte de 2023 y 2024, y la dificultad para acceder a crédito han llevado a miles de familias a situaciones críticas de mora.Este mecanismo no significa que las deudas desaparezcan de inmediato, pero sí establece un proceso legal para reorganizar las obligaciones, frenar cobros judiciales y evitar que la situación empeore.Por ello, es importante entender cómo funciona, qué pasa con las deudas y cuáles son los beneficios y riesgos.¿Cuándo se puede declarar insolvente una persona?La insolvencia no aplica para cualquier atraso en pagos. La ley exige que la persona esté en cesación de pagos, lo que ocurre cuando:Tiene dos o más deudas vencidas con dos o más acreedores diferentes, con mora superior a 90 días.Enfrenta procesos judiciales de cobro, como embargos o ejecuciones coactivas.Esto se puede aplicar tanto a personas que no son comerciantes —por ejemplo, trabajadores, pensionados o independientes— como a pequeños comerciantes que cumplan con ciertos requisitos.Ley de insolvencia. Foto: tomada de Frepeik¿Qué pasa con las deudas durante la insolvencia?Cuando una persona se acoge a este proceso, sus deudas no desaparecen automáticamente. Sin embargo, la ley establece medidas que cambian cómo se gestionan esas obligaciones:Negociación y acuerdo de pagoEl objetivo principal es lograr un acuerdo de pago con los acreedores.En este acuerdo, que se construye bajo la supervisión de un conciliador autorizado por la Superintendencia de Sociedades o una cámara de comercio, se pueden definir:Plazos más largos para pagar.Reducción o eliminación de intereses moratorios.Quitas parciales de capital, dependiendo de la negociación.Orden de pago priorizando deudas esenciales, como vivienda o alimentación.Esto permite que la persona tenga un plan realista para salir de la mora.Suspensión de embargos y procesos de cobroUno de los mayores beneficios es que, desde el momento en que se admite la solicitud, se suspenden los embargos, remates y demandas que estaban en curso.Esto da un respiro financiero y emocional a la persona, que deja de recibir notificaciones judiciales mientras se negocia con los acreedores.Recomendado: Bravo: colombianos logran liquidar deudas por más de $69.000 millones en primer semestre de 2025Protección del ingresoLa reforma reciente introdujo cambios clave:Se prohíben los descuentos automáticos, como libranzas que descuentan directamente del salario, mientras dura el proceso.Esto asegura que la persona conserve recursos mínimos para subsistir mientras se organiza el pago de sus deudas.Si no hay acuerdo, liquidación patrimonialSi no se logra un acuerdo o la persona incumple los términos pactados, se pasa a una liquidación patrimonial.En este escenario, los bienes embargables del deudor —como vehículos, propiedades o inversiones— son vendidos para repartir el dinero entre los acreedores según la prelación legal de créditos.No todos los bienes pueden ser embargados: la ley protege ciertos elementos básicos, como herramientas de trabajo, parte del salario y bienes esenciales para la vida diaria.¿Qué deudas no se eliminan?No todas las deudas entran en el proceso de insolvencia. Por ejemplo:Cuotas alimentarias para hijos o cónyuge.Algunas obligaciones fiscales con la DIAN.Multas o sanciones impuestas por autoridades.Estas deben seguir pagándose de forma independiente, incluso si la persona está en proceso de insolvencia.Además de lo anterior, declararse insolvente afectará el historial crediticio de la persona, similar a estar reportado en centrales de riesgo como Datacrédito.Sin embargo, a mediano plazo, cumplir el acuerdo puede restablecer la reputación financiera, ya que demuestra voluntad y capacidad de pago bajo supervisión legal.La insolvencia no es un camino para “evadir” deudas, sino un proceso para reorganizar la vida financiera y salir de la mora. Por ello, este mecanismo se ha convertido en una herramienta clave para evitar que los embargos y los intereses destruyan el patrimonio familiar.