Clamor se define en la RAE como "grito vehemente de una multitud", habitualmente en sentido figurado. Que Sevilla está más sucia es un clamor. Cierto o no, porque hay quien puede llegar a defender que lo peor ha pasado. La pregunta, en cualquier caso, es si el futuro promete una mejora verdaderamente sustancial. Porque el Ayuntamiento de Sevilla ha avanzado que en 2026, de aprobarse el presupuesto municipal, serán 150 millones de euros para Lipasam, la empresa pública encargada de la limpieza.Hay varias realidades en la limpieza. Una es la viaria. Otra es la recogida de papeleras, de basura, de enseres abandonados en vía pública, de espacios abandonados como solares en los que actúa el Ayuntamiento, en cobertura de eventos... Pocas de estas facetas reciben un aprobado en la calle, algo que no es nuevo, ni mucho menos. Pero pasado el ecuador del mandato de José Luis Sanz, se hace evidente que el alcalde se juega mucho de su capital político. Quien aterrizaba como líder tranquilo en la ciudad puede hoy recibir el reproche de que no ha cumplido, de momento, con una de las reivindicaciones más importantes por las que fue elegido, la limpieza.[articles:341266]Ana Silvera es una vecina del casco antiguo de Sevilla y quiere incidir en que sus opiniones no las basa en prejuicios sobre un partido u otro, sino sobre la gestión concreta en esta materia. "Paso por aquí casi todos los días", dice pegada al edificio del Ayuntamiento. "Sevilla está más sucia que nunca. Solo limpian por donde se mueve el alcalde, por Sierpes, O'Donnell...". Una de las cuestiones es lo del turismo, que es más que evidente su incremento en los últimos años. Más turistas, sí. "Pero vas al extranjero y ves que allí no tiran ni un papelito, ni una colilla. Aquí no buscan las papeleras, eso me impresiona". Otros vecinos y pequeños empresarios de comercios de la zona lo tienen claro: el servicio no funciona históricamente y no es un problema de ahora. "Yo he puesto no sé cuántas quejas y no sirve de nada. He pedido que cuando limpien con las máquinas en la calle, no echen la porquería en mi local, porque se mete dentro de la cancela y tengo que limpiar constantemente. Así llevo diez años". Un vehículo eléctrico de Lipasam, por Plaza Nueva. MANU GARCÍALos problemas están por todos los barrios. Vecinos que hablan de "poquita esperanza" de que las cosas cambien. Porque la gente "tiene que ser más cívica", pero también porque "hace falta una actuación suficiente del Ayuntamiento" que no confían que llegue con un incremento del presupuesto hasta los 150 millones mencionados.Carlos, propietario de un kiosko en Plaza Nueva, reconoce que "se está haciendo un esfuerzo, es verdad". Y "en el centro se ve algo de mejoría, no en los barrios". Y ni en el propio casco antiguo, porque si bien parece que en las calles más frecuentadas del centro sí hay un esfuerzo mayor "en las calles colindantes huele a orín, a basura". Una ciudad que no solo recibe a miles de turistas, sino que en la práctica a menudo ronda el millón de personas, muchas más que las que tiene empadronadas, toda vez que en los municipios alrededor de la capital, del área metropolitana, suman tantos habitantes o más que la propia capital. Vecinos que acuden a trabajar, o a estudiar, o a los médicos, o a eventos, o simplemente a hacer compras y pasear, con mucha frecuencia. Y que no pagan su parte correspondiente de impuestos de limpieza, lógicamente.Recogida con escoba y cubo por el centro de Sevilla. MANU GARCÍAEl comité recuerda que es un problema de casi dos décadasEl presidente del comité de empresa de Lipasam, Antonio Bazo, de CCOO, ofrece una visión mucho menos 'mundana' y callejera del asunto, porque lleva la sensación de la calle a datos y explicaciones de larga mirada. Y es claro: el declive empezó en 2008, con el primer plan económico financiero en que "se amortizaron puestos de trabajo". Similar al periodo 2012-2016. En ocho años fueron "500 puestos de trabajo". Desde entonces, denuncia que se han ido reponiendo puestos según se iban jubilando trabajadores, o causaban baja, o similar. Pero que el principal problema es falta de empleados por esa rémora sostenida durante ocho años. Sobre estos 150 millones del próximo presupuesto de Lipasam, Bazo explica que una empresa como la municipal de Málaga, Limasam, para "200.000 habitantes menos", cuenta con cifras de 162 millones de presupuesto. "Hay que recuperar el barrendero de barrio"Eso provoca una menor cantidad de trabajadores, pero también que no se hayan podido renovar o adquirir vehículos a la misma velocidad que otras localidades. "Aquí se hacen encajes de bolillos para sacar el trabajo adelante". Pero no es un problema solo económico y solo de falta de personal y de material. "Hay un tercer problema, es que no ha habido buena organización en la empresa". Una de las propuestas del comité es recuperar la figura del barrendero de barrio. "El que va un día sí y un día no por tu calle, que es siempre el mismo, por las mismas calles y las mismas zonas. Eso se quitó hace años y proponemos que se recupere ese barrendero de carrito". En la percepción de muchos ciudadanos está que el empleado pasa por su calle con su carro-bicicleta y pasa de largo. Pero "porque la prioridad que se le ha marcado desde la empresa es que acuda a los desbordes de papeleras y contenedores, más que a la propia limpieza de las calles". Hay que recordar que el actual ayuntamiento decidió mover muchos contenedores en muchas calles, poniendo menos puntos de recogida pero más concentrados y con más contenedores, lo cual generó en algunas calles ciertas quejas. Aunque, en el fondo, parece que no ha evitado que se desborden los contenedores.Un bocadillo tirado por el centro, junto a un banquito. MANU GARCÍAEl diagnóstico de Bazo es duro: "Sevilla es una ciudad que tiene sus calles enfermas. Es una ciudad donde ves salir malas hierbas por bordillos y paredes, y eso es que una ciudad está enfermando". Pero haciendo las cuentas, por extensión, para 1.700 trabajadores y ante los problemas evidentes en la recogida -contenedores insuficientes en algunas calles y las típicas imágenes de bolsas alrededor porque no caben dentro-, no se da abasto. "Llevo 32 años en esta empresa y me quiero jubilar con Lipasam como empresa pública. Sería muy fácil, ante una mayoría de las derechas, que en un pleno se aprobara la externalización. Vamos a poner la carne en el asador para que se cubra con personal, maquinaria y un mejor modelo organizativo para que salga el trabajo adelante". "La limpieza ha estado infrafinanciada muchos años"Por su parte, el Ayuntamiento explica a lavozdelsur.es que el actual presupuesto y el que se maneja para el próximo año de 150 millones, cifra redonda, provocan una "mejoría real que ya se está notando en los barrios de Sevilla". "La incorporación de más vehículos, la estabilización de plantilla y el refuerzo de los servicios está permitiendo dar un salto en la limpieza diaria, con una capacidad de respuesta que hace dos años era impensable".El gobierno local enumera hitos como una mejora de la flota por una inversión de 35 millones, junto a un cambio de contenedores por 17 millones para los próximos cuatro años, o más papeleras por 400.000 euros. "Esta apuesta de aumento de las inversiones responde al plan que acomete el actual gobierno apostando por la llegada de nuevos vehículos y el mantenimiento de la flota existente con el objetivo de mejorar los servicios municipales de limpieza".Una lata abandonada en un banco. MANU GARCÍARespecto a los trabajadores, el Ayuntamiento los cifra en 1.800 empleados, habiéndose en este mandado convertido en indefinidos a 235. Una bolsa de empleo temporal ha sido un avance en casi 2.000 personas disponiblesEn las cifras que maneja el gobierno local respecto a Málaga como comparación, en la capital de la Costa del Sol en 2023 se gastaban 175 euros anuales por habitante, mientras que n Sevilla eran 150 euros, para un presupuesto prácticamente idéntico en 2023, pero con los citados 200.000 vecinos menos. Ahora, del 10%, el presupuesto en limpieza del Ayuntamiento será del 15%. "Muchos años ha estado infrafinanciada, estamos recuperando años de abandono en flota y en personas". Y hasta en organización del servicio se prometen mejoras que ya han empezado en la zona norte y que "progresivamente se implantará en el resto de la ciudad. Dicho modelo cuenta con un incremento generalizado de los servicios de limpieza, gracias a una mayor dotación de personas y de máquinas".Si efectivamente estos cambios funcionan, debería notarse en el día a día de la ciudad. Aunque acabar con una sensación tan profundamente arraigada no es fácil. Menos aún si el problema viene arrastrándose durante años. Quizás no hace falta solo limpiar las calles del centro y de los barrios. Sino que hará falta convencer de que la ciudad puede alcanzar el día en que sea tan limpia (o sucia) como cualquier localidad comparable del entorno. La sensación evidente es la de que eso aún está lejos.