Madrid.– La Plaza de Toros de Las Ventas celebró su segundo desafío ganadero con un cartel atractivo sobre el papel y que, en la práctica, terminó marcado por la dureza del ganado y la entrega de los toreros. En la arena se lidiaron tres toros de Monteviejo (1º, 5º y 6º) y tres de Partido de Resina (2º, 3º y 4º). La terna la integraban Serafín Marín, Juan Pablo Sánchez y Luis GerpeLEE ADEMÁS: La Casa de los Famosos México 2025: Filtran nombre del octavo eliminado del domingo 21 de septiembreLa nota dramática llegó muy pronto: Serafín Marín fue prendido feamente mientras lanceaba al primero, “Estafador”, de Monteviejo. La cornada lo obligó a pasar de inmediato a la enfermería, dejando la tarde cuesta arriba desde el inicio. Fue entonces cuando Juan Pablo Sánchez, con serenidad y oficio, tomó la lidia de aquel toro complicado, revelando la dimensión de un torero que pisa Madrid con verdad.Sánchez cargó con la tarde desde el inicioEl mexicano se hizo cargo de “Estafador” en un momento de tensión y desconcierto. El toro, reservón y sin emplearse en varas, medía en cada arrancada, siempre con la cara alta y frenándose en mitad del viaje. Sánchez lo probó con firmeza por el derecho, después por el natural, pero la embestida nunca fue clara. Sin embargo, mostró oficio y temple, macheteándolo con limpieza y matando con aseo. Aquella primera intervención fue ya un aviso: el hidrocálido venía dispuesto a asumir responsabilidades y a demostrar la solidez de su tauromaquia.Faena de peso con el terceroEl gran momento de la tarde llegó con el tercero, “Escribano” de Partido de Resina. De salida, el toro se mostró desentendido, pero Sánchez lo sujetó con brega inteligente y lo pasó en dos ocasiones por el caballo. El viento arreciaba, complicando cada intento, pero el mexicano supo buscar los terrenos más favorables.Inició la faena sobre el pitón derecho, bajándole la mano y tirando con temple. Luego cambió al natural, marcando el trazo y llevándolo con la ayuda de la muleta, logrando pases de mucho mérito, aunque de uno en uno, pues el toro se quedaba cada vez más corto. Retomó el derecho y, con muñeca y cintura, alargó los muletazos imponiendo largura donde faltaba entrega del animal.Fue faena de aguante y valor sereno, toreando como si el toro fuera bueno, imponiendo verdad ante la dificultad. La plaza reconoció la disposición del mexicano, que mató de una estocada y dejó la mejor impresión de la tarde.El quinto, imposibleCon “Cidronito” de Monteviejo, quinto de la tarde, Juan Pablo volvió a mostrar su disposición sin encontrar recompensa. Dejó un saludo capotero aseado y un castigo medido en varas. Inició la faena de rodillas, genuflexo, pasándolo por ambos pitones para continuar por el derecho. Sin embargo, el toro se quedaba corto, levantaba la cara y deslucía cada intento.Sánchez insistió por el natural, pero la embestida andarina y sin entrega terminó por impedir toda construcción. De nuevo volvió al derecho, robando algunos muletazos a base de paciencia y aguante, hasta que la faena se diluyó. Tras un pinchazo hondo y descabello, se marchó con silencio, pero dejando constancia de su profesionalismo inquebrantable.Luis Gerpe, voluntad y oficioEl joven madrileño Luis Gerpe mostró disposición toda la tarde. Ante el segundo, “Higuerito” de Partido de Resina, dejó muletazos de peso por el derecho, sobreponiéndose al viento que incomodaba su labor. Destacó también al natural, logrando cruzarse y dejar una tanda reconocida en el tendido.Con el cuarto, “Rosalero”, de la misma ganadería, realizó quizá su faena más meritoria. El toro fue áspero y con teclas, pero Gerpe le puso oficio y valor, robándole pases a base de aguante. Logró tandas reconocidas por el público, especialmente por el derecho, y mató con acierto, recibiendo como premio una vuelta al ruedo. Con el sexto, sin embargo, nada pudo hacer: el toro se frenaba en mitad de los pases y no dio opción.El drama de Serafín MarínEl catalán apenas pudo saludar al primero de la tarde cuando resultó prendido en la verónica. La cornada lo mandó directamente a la enfermería, donde fue atendido y ya no pudo regresar al ruedo. Su ausencia condicionó todo el festejo, pues la tarde quedó en manos de Sánchez y Gerpe, quienes tiraron de oficio y entrega.Conclusión: el nombre fue mexicanoMás allá de la dureza del ganado y la falta de opciones de lucimiento, lo que quedó claro en Las Ventas fue el valor y la entrega de Juan Pablo Sánchez. Desde asumir la lidia del primero, hasta su seria actuación con «Escribano», el hidrocálido dejó constancia de que está hecho para plazas grandes.El público venteño reconoció su esfuerzo: templó donde no había embestida, toreó con serenidad donde asomaba el peligro y mató con verdad. En definitiva, una tarde en la que Madrid comprobó que México tiene un torero capaz de plantar cara en cualquier escenario, aun cuando los toros no ofrezcan nada.The post Valor y entrega de Juan Pablo Sánchez en Las Ventas first appeared on Ovaciones.