Hay quien siente vértigo ante los cambios y quien, como Christian Gálvez (45 años), los vive con ilusión porque suponen retos que dan sentido a la vida . El presentador, que llevaba un tiempo entregado al cuidado de su primer hijo, Luca , vuelve a las pantallas con 'La tarde de Telemadrid': «Me encantó la idea de hacer un programa en directo, con un nuevo registro. Lo voy a disfrutar y voy a crecer haciéndolo». Hasta ese momento había vivido solo para su pequeño: «Ha sido maravillo porque no me he perdido nada. Ahora empieza la guardería y yo vuelvo al trabajo». Un sueño cumplido: «Siempre quise ser padre, no me daba miedo serlo. Pero, además, mi mujer me ha dado tranquilidad, me ha hecho comprender la diferencia entre tener un niño y una niña. Estoy feliz». Y que es Christian tiene ahora familia numerosa: «Me enamoré de una persona que venía con dos ángeles, aunque yo nunca he pretendido suplantar a su padre. Ya las quería antes de casarnos, tenemos un vínculo muy especial». Si hay una palabra que le define es perseverancia: «Desde mi primera comunión, que debía leer un texto y leía 'perveserancia'. Así que insistí e insistí hasta leerla bien, aplicando el sentido de la palabra en mi vida». Y reconoce que, «a veces soy demasiado Tauro y debería ser menos testarudo». No se considera caprichoso , «aunque hubo un tiempo en que me daba por coleccionar cosas y sí podría decir que entonces lo era, pero me lo he quitado». Lo que mantiene intacto es su pasión por los detalles: «Me gusta estar pendiente de los demás. También me encanta regalarle cosas a mi mujer todo el rato». A Christian, la paternidad ha sido uno de los acontecimientos de su vida: «Me ha cambiado las prioridades. Ya no haces nada por ti, el 'nosotros' cobra un nuevo sentido y ya solo piensas en él, con el riesgo de la sobreprotección, aunque pienso que no caigo en ella». Los otros dos, sin duda alguna, han sido el catolicismo que ha abrazado y Patricia Pardo , con quien se ha casado, cuya influencia celebra públicamente: «En los últimos años he aprendido que hay cosas que no hay que esconder , la fe y el amor. Patricia es el amor de mi vida. Pero lo que hago no es exhibicionismo. Si condenamos a la gente por mostrar su vida en las redes, no habría nada. Para mí, es un homenaje a la mujer que amo. Si alguien piensa que soy empalagoso, pues muy bien. En cuanto a la religión, ahora que creo soy más feliz, me siento más tranquilo. Antes me mostraba más prudente, pero decir en qué creo no le hace daño a nadie. Gracias a ello he conseguido mis propósitos. Por eso, no disimulo ni mi fe, ni mi amor por Patricia». Además de presentar concursos, Christian ha cosechado gran éxito como escritor. Tiene un método peculiar de trabajo: «Trabajo en casa. Creo la historia y escribo una escaleta con los capítulos, las tramas, las fechas, los personajes. Empiezo a escribir, a desarrollar, cuando está todo cerrado. Y lo hago por el último capítulo, porque así me aseguro el mejor final para la novela». Sólo una vez se saltó esa regla, con ´Te he llamado por tu nombre'.: «He aprendo a tener cierta laxitud, pero en las próximas he sido estricto». Y es que próximamente lanzará un ensayo, 'Lucas, el evangelista', y una novela, 'Cristianismo, Siglo I': «La idea es contar la semana de Pasión desde los ojos de María , la mujer más querida del Cristianismo, y de Judas , el hombre más odiado», explica el presentador con la emoción de quien deja atrás el mundo de Leonardo Da Vinci para descubrir el de Cristo. El 'emoji' que más usa: «En la gente, el de las manos juntas como pidiendo por favor, que en realidad es un rezo. Pero con mi mujer, el corazón, la estrellas y las huellas, que son mensajes en clave, casi un jeroglífico en referencia a nuestro hijo». Se haría un 'selfie' con: «Si pudiera, a Jesús de Nazaret». Un sacrificio por la fama: «Lo que todos los que trabajamos en esto, la calidad del anonimato ». Un momento 'tierra, trágame': «En mi primer programa en directo, la gala de 'Tú sí que vales', presenté a Xavier Sardá como Xavier Deltell. Estuve las cuatro horas muerto de vergüenza, hasta que al final de la gala, Xavier vino a felicitarme». Algo que no puede faltar en su día a día: «Un beso de buenos días de mi mujer y uno de buenas noches. Porque a mi hijo me paso el día dándole besos». Un propósito que nunca cumple: «En principio, el gimnasio. Pero ahora tengo un entrenador personal, a ver si lo cumplo… Porque, para colmo, tengo gimnasio en casa». Un lugar para perderse: «Venecia o Santiago de Compostela». Su primer beso: «Pues era demasiado joven para entender lo que significaba ese beso» Tiene miedo a: «Como padre, a todo. Como profesional, a tener que hacer algo que no esté alineado con mis principios». Dentro de 10 años se ve: «Me veo viajando con mi familia y haciendo el programa en directo en Telemadrid. Pero, sobre todo, me veo llevando a mi hijo al colegio y jugando con él al fútbol o al baloncesto, pero haciendo deporte juntos». El pequeño Christian: «Era tan buen niño y tan calladito, que mis padres entraban en mi habitación para comprobar que estaba en casa. No hablaba nada, pero era sociaciable. Luego, en el instituto, gastaba bromas a los profes, que se reían conmigo. En esa época era muy trasto. Quise ser cantante 'heavy', pero no tenía ni voz, ni pelo. Luego vi 'Parque Jurásico' y soñaba con ser paleontólogo. Al final empecé magisterio, pero la tele lo cambió todo».