Batería, motor de arranque…claves para que el frío no deje tu coche tirado

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Con la llegada del invierno, es habitual que muchos conductores se encuentren con que su coche tarda en arrancar o, directamente, no responde. El frío afecta especialmente a la batería, uno de los componentes más sensibles de un vehículo. Las temperaturas bajas reducen su rendimiento, lo que puede impedir que genere la energía suficiente para arrancar el motor. Además, el aceite del motor se vuelve más denso, lo que dificulta su circulación y exige un mayor esfuerzo al sistema de arranque. Por supuesto, los vehículos híbridos y eléctricos no están exentos de sufrir algunas de estas complicaciones, especialmente en las baterías, aunque tienen muchas más ventajas. Por ejemplo, el motor eléctrico es el encargado de arrancar en primer lugar y esto les permite un buen rendimiento sin la necesidad de tener que llegar a una temperatura óptima. Por ello, es difícil que a un vehículo híbrido o eléctrico le cueste arrancar o estar listo para iniciar la marcha, a no ser que tenga un fallo con la batería. Aunque en la mayoría de casos se debe a un fallo de la batería, hay otras posibles causas como fallo en el motor de arranque. Norauto destaca que suele ser uno de los motivos cuando se escucha un chasquido al arrancar y el resto de elementos funcionan correctamente como, por ejemplo, las luces. Además, hay que tener en cuenta que el motor de arranque sufre más con el sistema Start & Stop debido a las múltiples operaciones de arranque. Otra de las posibles causas son fallos en las bujías cuando se trata de gasolina. Son las encargadas de generar la chispa para comenzar la combustión. También pueden dar problemas los calentadores en los vehículos diésel, que son los responsables de calentar el combustible para ayudar al arranque del motor. «Aunque hoy en día los vehículos están muy preparados para afrontar las diferentes temperaturas que se pueden experimentar a lo largo del año, sí es cierto que hay determinados componentes que pueden sufrir más con las temperaturas extremas«, afirma Xavier Celda, Market Mánager Taller de Norauto España. Según el experto, además, la demanda de energía es mayor en invierno por lo que «si la batería no se encuentra en buen estado, puede dejar de funcionar». Una vez más, la prevención y un correcto mantenimiento del vehículo son clave para evitar vivir esta situación tan incómoda e inesperada». Hay que revisar especialmente los elementos que más sufren con las bajas temperaturas como son la batería, el motor de arranque, el alternador, las bujías (gasolina) y los calentadores (diésel). Por supuesto, hay que comprobar los niveles del refrigerante y del aceite. Se puede hacer con un multímetro o acudiendo a un taller. De esta forma, se podrá conocer en qué momento se encuentra la batería y si es necesario cambiarla antes de que dé fallos. La tensión de la batería debe ser superior a 12,2 voltios e idealmente 12,6 voltios. Es preferible estacionar en un aparcamiento cerrado y no dejarlo a la calle, especialmente en los días más fríos. Antes de arrancar, se recomienda esperar a que se apague el testigo de los calentadores que aparece en el cuadro de mandos en los motores diésel.. Nuevamente, el cuadro de mandos es el gran aliado para comprobar que todo está correcto. Utilizar productos específicos que soporten las bajas temperaturas, como el líquido anticongelante o refrigerante según la marca del vehículo. No dejar el vehículo estacionado durante un tiempo prolongado. Norauto recomienda circular con el vehículo con frecuencia para que todos los sistemas se pongan en funcionamiento y la batería adquiera un mínimo de carga. Dejar el coche al ralentí puede no ser suficiente.