Las personas, en ocasiones, nos limitamos a nosotros mismos. Nos definimos, proyectamos lo que queremos ser, y al crear ese imaginario, el resto del mundo también nos ve así. Hasta que llega alguien que lo cambia todo. Que envía a la basura aquello que pensabas saber y te regala la oportunidad de volver a intentarlo. De cambiar las reglas del juego, los límites que creías inamovibles. Raphinha tuvo esa enorme capacidad de darle la vuelta. De reescribir lo que el culer esperaba de él para terminar enamorándolo. La mirada de Hansi Flick tuvo parte de culpa, así como el técnico también lo logró con Eric García y ahora con Gerard Martín, su último hit.Seguir leyendo....