¿Puede un mapa —esa encarnación más pura del rigor geográfico— guardarte un guiño secreto? En Suiza, sí: durante décadas, quienes trazan sus mapas oficiales en la Swisstopo (oficina federal suiza responsable de la cartografía oficial del país) han ocultado pequeñas ilustraciones entre montañas, lagos y praderas. Lo más fascinante es que no se trata de errores, sino de dibujos deliberados, escondidos con tal sutileza que pasaban desapercibidos incluso para los revisores más meticulosos.Imagina: un mapa minucioso que representa valles, glaciares, ríos y cumbres… y en medio de esas líneas perfectamente retornadas al relieve, surge la silueta de una marmota, de una araña, un pez, un caminante, o incluso el contorno de una mujer desnuda reclinada. En un caso llamativo, la mujer descansó ignorada por casi 60 años en la cartografía de una zona tranquila del norte de Suiza, su cuerpo dibujado con una combinación de ríos azulados y áreas verdes.¿Cómo se las arreglaban para burlar la rigurosa revisión de Swisstopo? Algunas teorías coinciden: esos trazos secretos podrían añadirse en la fase final, cuando se combinaban las distintas capas de color —relieve, bosques, agua— de forma que la imagen naciera de la interacción entre ellas, casi como esos “easter eggs” que se esconden en videojuegos. Ocurrió también que muchos cartógrafos esperaban a jubilarse antes de revelar sus “firmas artísticas”: al detectar su dibujo sólo tras la retirada del autor, los supervisores rara vez tomaban medidas.El caso más reciente —y célebre— fue el de la marmota escondida en un glaciar alpino cerca del Aletsch. Fue colocada en 2011 por un cartógrafo especializado en dibujos rocosos, como un último gesto antes de retirarse. El animal se camuflaba tan bien entre los trazos del relieve y las sombras de montaña que pasó inadvertido hasta 2016. Esa marmota no es un ornamento: su presencia rinde homenaje al propio entorno montañoso, reivindicando —en clave humorística o poética— la fauna alpina en medio de una geografía llena de precisión.Pero, ¿por qué hacerlo? Según algunos entendidos, para quienes pasaban horas delante de los mapas, trabajar con contornos, curvas de nivel y referencias milimétricas puede ser agotador. Estos dibujitos secretas se convirtieron en una especie de válvula de escape, un canal para recuperar algo de juego, de humor, de humanidad. Así, en un territorio tan meticuloso como la cartografía suiza, donde cada altura, cada sombra, cada río debe reflejar la realidad con exactitud, también hubo espacio para la picardía y el disimulo.Finalmente, cuando alguno de estos “huevos de pascua” era descubierto —o cuando el mapa se actualizaba con nuevo relieve—, casi siempre desaparecían. Según Swisstopo, “la creatividad no tiene lugar en estos mapas”. Pero lo que se va no deja de contar una historia fascinante: la de cómo, tras la aparente neutralidad de líneas y curvas, se esconden momentos de humor, ingenio e identidad humana, dejando un legado secreto que los exploradores curiosos —o simplemente los observadores atentos— aún pueden descubrir.____________________________________________________________________________________________ No olvides que puedes seguirnos en Facebook.The post Los mapas que esconden historias appeared first on La piedra de Sísifo.