El varapalo electoral que el PSOE de Extremadura encajó en las urnas el pasado domingo y la estocada final que ha supuesto la dimisión de Miguel Ángel Gallardo han certificado el final de un ciclo político. El partido que durante décadas sostuvo el poder autonómico se ha visto obligado a mirarse al espejo para afrontar su crisis más profunda en la historia reciente. Seguir leyendo....