A menos de media hora de Córdoba: un pueblo con viñedos y rutas de senderismo

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Los amantes de las prácticas deportivas al aire libre como el senderismo y de la enología tienen una cita en la provincia de Córdoba, en un pueblo que se encuentra a menos de media hora en coche de la capital y que une ambas actividades: Montilla. Sus paisajes desprenden un aroma peculiar que aportan los viñedos de la zona además de unas vistas espectaculares y unos paseos cargados de historia. Este rincón de la Campiña cordobesa cuenta con unas bodegas y un entorno rural que ofrecen una experiencia única para quienes buscan tradiciones y calma en pleno corazón de Andalucía. Las bodegas y lagares de la Denominación de Origen Montilla-Moriles abren sus puertas durante todo el año para compartir su rica cultura vinícola. Los visitantes pueden recorrer viñedos así como conocer el proceso de elaboración del vino y degustarlos . La tradición vitivinícola de esta localidad viene de hace siglos, tanto que tienen la bodega más antigua de Andalucía y la segunda más antigua de España, Alvear, fundada en 1729. Los vinos de Montilla tienen su principal exponente en la variedad de uva Pedro Ximénez , con características excepcionales para la elaboración de vinos dulces naturales. Esto, unido a unas condiciones climáticas y un suelo único con unas propiedades muy adecuadas dan como resultado unos vinos únicos y excepcionales cada vez más demandados en el mercado nacional e internacional. Vinos jóvenes, de tinaja, fino, amontillado, palo cortado, oloroso… son algunas de las especialidades autóctonas. Los paisajes sembrados con vides son una delicia para la vista al igual que pasear entre ellos o cerca de los mismos. Así, algunas rutas senderistas que se pueden recorrer incluyen la Piedra Luenga , una formación rocosa majestuosa que domina el horizonte o el mirador del Cerro Don Juan , donde se descubre también flora y fauna autóctonas. La Laguna de Jarata completa estos espacios naturales destacados. Además, el visitante puede optar por una ruta senderista con recorrido cultural por el pueblo para descubrir las joyas monumentales con las que cuenta como la casa palacio que alberga el Museo Garnelo, el palacio de los Duques de Medinaceli - residencia de los marqueses de Priego tras la destrucción del Castillo en 1508- o el Ayuntamiento que se construyó en el siglo XIX en la zona que ocupaba el antiguo Convento de San Juan De Dios. Para terminar la visita la unión perfecta de gastronomía y vino hacen posible disfrutar de la tradición culinaria. Los vinos se acompañan de platos típicos como las alcachofas al Montilla , flamenquín, gazpacho al ajo blanco, crispín o rabo de toro y se coronan con el hojaldre de Bellido , los dulces de mazapán Elenos o el pastelón de Montilla.